Vacunación de menores de edad
La nueva variante del coronavirus, Ómicron, ha venido a modificar las estrategias que se están aplicando en distintos países para lidiar con la pandemia y ha puesto otra vez el énfasis en la desigual distribución de vacunas en el mundo, lo que ha permitido que el virus tenga más tiempo para modificar su estructura mediante mutaciones que hacen más eficiente su entrada a las células, elevando su capacidad de contagio en proporciones que hacen ver a la variante original como historia antigua.
La incapacidad o negligencia de los países desarrollados para negociar desde un principio la liberación de patentes con las grandes farmacéuticas, a pesar de que las vacunas se desarrollaron en un tiempo récord, entre otros factores, por la aportación de miles de millones de dólares y euros del dinero público de los países "ricos".
Aún después de hacer esa inversión con recursos públicos, todos los países tienen que comprar vacunas, que son "propiedad intelectual" de las farmacéuticas. Los países desarrollados y en desarrollo que han podido comprar las vacunas tienen, en mayor o menor medida, protegida a su población, los países más pobres, entre ellos los africanos, tienen un porcentaje muy bajo de su población vacunada. Es en este tipo de poblaciones, aquellas que no tienen protección, en las que el virus tiene tiempo suficiente para mutar hasta encontrar la forma hacerse más eficiente.
Aunque en nuestro país todavía falta alrededor de la mitad de la población en tener completo el esquema de vacunación, podemos considerarnos afortunados en tener un porcentaje de población vacunada que permite mantener funcionando las principales actividades económicas, aún a costa del peligro de elevar los niveles de contagios.
Sin embargo, después de casi dos años de lidiar con el coronavirus, ya deberíamos tener algunas lecciones aprendidas. La masiva celebración para celebrar tres años de gobierno que encabezó el Presidente de la República en el Zócalo capitalino, con personas de diferentes estados viajando para asistir al evento, desafió las recomendaciones que ha venido dando el propio gobierno federal.
Lamentablemente todavía no estamos en una situación en la que podamos cantar victoria respecto a la pandemia que ha desatado el virus en nuestro país. La cuenta mortal debido al coronavirus en nuestro país está muy cerca de las 650,000 personas, alrededor de la mitad de ellos reconocidos por las autoridades y la otra mitad se puede encontrar en los cálculos que se hacen de las muertes en exceso. Cada uno de los fallecidos en esta pandemia deja una estela de dolor y consecuencias familiares y sociales.
Las acciones que implementen los tres niveles de gobierno para evitar contagios durante lo que se prevé como una nueva ola de contagios debido al alto nivel de transmisibilidad de la nueva variante puede derivar en más muertes innecesarias. Es necesario que los niveles de vacunación sean más elevados, es decir, que se vacune a más personas cada día en las semanas previas a que la nueva variante domine por completo la transmisión del virus.
Es necesario que el gobierno federal compre más vacunas para menores de edad, sin mostrar las fobias que ha mostrado hasta ahora, negándose a gastar recursos públicos con argumentos como el que las farmacéuticas quieren hacer "negocio". Lamentablemente esa es la situación que desde el principio los países desarrollados permitieron, ya no es posible modificarlo y nuestro país no tiene esa capacidad de negociación.
Lo que sí puede hacer nuestro gobierno es tratar, por todos los medios posibles, evitar muertes de menores de edad, aunque sean relativamente pocas. Las vidas de las y los menores de edad que pueden llegar a perderse como consecuencia de no tomar medidas para vacunar a este grupo de población no pueden medirse en dinero, será responsabilidad de quienes toman decisiones sobre la estrategia para enfrentar esta nueva variante del virus.
Twitter: @jesusmenav