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VANESSA BARDÁN PUENTE

El 31 de diciembre a las 12 de la noche oficialmente termina el año, se termina un ciclo y comienza otro, así funciona la vida. He de confesarles que termino este año recogiendo pedazos de mí, que quedaron regados por todos lados en este caótico, complejo y surrealista 2021, este año ha sido tan frenético para todos de muchas maneras, así que, solo me queda agradecer porque si este año me ha enseñado algo, es que un día estás aquí y mañana no, puede que hoy no necesites de nada y mañana pueda faltarte todo. En este último día del año, decido recoger lo arrumbado, ordenar lo desacomodado, terminar lo pospuesto y cortar las emociones inútiles y desgastantes. Minutos antes de finalizar el año, me tranquilizo y me tomo un tiempo en silencio para hacer un alto y reflexionar, pedir perdón y trasmutar los errores cometidos durante este año que termina, para no seguir arrastrando esas negatividades el año siguiente. Nadie puede comenzar el siguiente capítulo si sigue leyendo el anterior, por eso suelto tanto equipaje para poder volar hacia la felicidad, libero el peso para poder volar más alto y moverme del lugar donde ya no me siento cómoda, respiro, lo suelto y lo libero, y luego recojo mi cosecha espiritual, la recolección de la energía positiva que realicé durante el año, lo que amé, enseñé, embellecí, sané, di, perdoné y liberé. Cada tiempo por complejo que sea, nos deja lecciones y regalos, aprender y aplicar lo vivido nos lleva a evolucionar, antes de pasar la vuelta a la página, debes de comprender de que se trataron esas líneas, antes de simplemente desecharlas, no se puede cerrar sin más, antes bien revisemos e integremos sus sutiles mensajes. Este es el más alto nivel de apreciación, cuando se tiene la capacidad de sacar la lección y valorar hasta el obsequio más pequeño, la vida, la sonrisa y la mano amiga, porque una cosa debemos entender, el cambio es constante y nada está garantizado. Ni el hecho de despertarnos en la mañana, tampoco el hecho de tener nuestra familia y amigos y ni si quiera el hecho de tener comida para alimentarnos y ropa para vestirnos. Cuando creces en este sentido, comienzas a experimentar la vida con mucho más júbilo. Lo que es más importante, permites que más y mayores bendiciones se manifiesten en tu vida, el agradecimiento es el puente hacia la manifestación de todos nuestros sueños, anhelos, proyectos. Detente e imagina que no tienes nada y despierta con la apreciación hasta por lo básico que tienes. Por haber amanecido, por ver, oír, oler, escuchar, sentir, por tu familia, amigos, salud, trabajo, por tus ojos, pies y manos, por lo que has comido o lo que llevas puesto, por.... ¿Cuántas cosas tenemos verdad?, si no sabes que hacer ¡agradece! ¿estas triste? agradece, ¿estas sano? agradece, ¿estas vivo? agradece. Agradece, hasta por aquellos que ya desde las estrellas nos sonríen, por los lazos de amor que se quedan, por los que se van y por los que vendrán. Aún en la obscuridad y momentos de tristeza, siempre hay algo en nuestra vida que nos hace sentir bendecidos, piensa en las mayores bendiciones que tienes y despierta una mayor apreciación por ellas. Para, respira, ¿lo ves? Y una vez llegada la media noche, ya estarás listo para recibir el nuevo año con pensamientos de luz en tu mente. Todos quieren su comienzo exitoso, es decir, que las cosas de la nada comiencen bien y con garantías, pero, el secreto no está en el comienzo sino en el cierre del anterior. Así que con todo mi corazón digo: "gracias 2021, sin tu caos, no me hubiera encontrado nunca, me dejaste en la obscuridad, pero eso me obligó a prender mi propia luz, ahora entiendo que se necesita un punto de inflexión para poder cambiar y ver las cosas distintas, así que ¡Gracias! y ¡Bienvenido seas, 2022!

Escrito en: CARIÑOTERAPIA antes, año,, nada, alto

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