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Manuel Valencia Castro

La historia del hombre puede ser descrita en términos de su capacidad de intervención y/o modificación de su medio ambiente. Casi siempre su intervención estaba relacionada a la búsqueda de alimento y por ende a alguna forma de aprovechamiento de la energía capturada por las plantas. Al principio su actividad alimenticia consistía en la recolección de plantas o de alguna parte de estas, funcionaba como un herbívoro más en la complejidad de las redes alimenticias, aprovechaba una fracción muy pequeña de la energía que era producida en la fotosíntesis, de las plantas verdes.

En algún momento de la historia trófica del hombre diversificó su dieta incluyendo además de plantas, la carne de algunos herbívoros de relativamente fácil caza y de peces de agua dulce. Luego se extendió a los grandes herbívoros, incluyendo desde las primeras vacas hasta el mamut. En esta etapa el hombre convertido en recolector cazador se ubica como herbívoro y carnívoro en la red alimenticia, aprovechando de diversas maneras la energía que provenía de plantas y animales, de estos últimos, por ejemplo, además de la carne usaba sus pieles para protegerse de las inclemencias del frío y los huesos de los grandes herbívoros como arma para repeler o atacar a otros grupos humanos.

En el mismo periodo el hombre descubre el fuego y a partir de los tallos y ramas de los árboles hace fogatas para calentarse y para cocinar sus alimentos. Hasta aquí se considera que el hombre consumía entre 2000 y 3000 kilocalorías.

Después vinieron los grandes inventos del hombre, primero domestica a diferentes especies de herbívoros como las cabras, ovejas y bovinos, con los cuales pacían libremente en grandes superficies de terreno, convirtiéndose en hombre ganadero, luego vino la agricultura y con ésta profundos cambios en la incipiente organización de los grupos humanos, en estas dos etapas de la historia del hombre su consumo de energía se incrementó notablemente y junto con esto la modificación de los ecosistemas, los impactos sobre el medio ambiente también crecen.

Aumenta el tamaño de la población y la organización de los grupos humanos se hace cada vez más compleja y sofisticada y aumenta también su capacidad de entender el mundo a través de la construcción de un creciente cuerpo de ideas llamado ciencia: por medio de la investigación, científica el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta.

Después de organizarse en pueblos y villas, el hombre construye ciudades convirtiéndose en hombre urbano, en este momento el hombre ha modificado completamente el ecosistema, junto a este proceso ocurre la industrialización, lo cual ocurre gracias a un gran salto en el aprovechamiento y domesticación de la energía: el encuentro del racionalismo científico con el carbón inglés, dando lugar a lo que conocemos como Revolución Industrial.

Por lo tanto concluye Pulseux: "la domesticación de la energía es un aspecto decisivo en la evolución de la sociedad humana." Sobre este asunto, Leroi-Gourhan va más allá: "la industrialización constituye un fenómeno, de naturaleza y dimensión zoológicas análogas, en la evolución de las especies animales, al tránsito de reptil sin patas (la serpiente) al reptil con patas (lagarto o cocodrilo). Hoy que hemos adquirido tales patas en la lotería de la evolución, jamás renunciaremos a ellas." El carbón parecía el combustible perfecto salvo por su humo contaminante y letal.

En Londres el carbón era su principal combustible, su uso aumentó rápidamente en diferentes tipos de industrias. También rápidamente el carbón convirtió a Londres en un infierno sobre la tierra, ocasionando grandes tragedias como la muerte de 12000 personas debido a la niebla tóxica, una combinación de niebla y humo (smog), era tal la liberación de humo que el cielo dejó de verse azul, cada vez pasaba menos luz solar y para colmo la lluvia ácida apareció ocasionando la muerte de árboles.

Muy pronto se encontró un nuevo combustible de más fácil manejo y transformación: y se da inicio al dominio del petróleo. Actualmente sabemos que más de la mitad de los esclavos mecánicos de los que disponemos en occidente se nutren de petróleo, de estos esclavos el que consolida al petróleo es el automóvil. El mercado energético se expande rápidamente y el consumo de energía se duplica en occidente. Nuevos venenos envenenan el aire, y la generación de gases de efecto invernadero se incrementa aumentando en forma proporcional a la temperatura del planeta.

Ahora que se ha domesticado el átomo se piensa que la solución a la demanda creciente de energía será la energía atómica. Recordemos Chernóbil y Fukushima antes de pensar que son la alternativa y consideremos que las energías limpias pueden ser una verdadera alternativa. (se revisó las publicaciones de Ciencia en el diario EL PAÍS, sobre la tragedia de Londres).

Escrito en: a la ciudadanía hombre, energía, grandes, carbón

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