Con prudencia

Año nuevo, alcaldes nuevos en Coahuila, y en el caso de Torreón con partido nuevo en el poder. Luego de dos elecciones ganadas por el licenciado Jorge Zermeño para desempeñarse como presidente municipal en el periodo de 2018 y luego volver a triunfar en los comicios del año siguiente para ahora sí gobernar por 3 años, el partido del hoy exalcalde. Acción Nacional fue expulsado a base de votos del edificio más caro de la ciudad de Torreón, la mismísima presidencia municipal de la ciudad.

Ahora en la silla desde la semana pasada, se sienta Román Alberto Cepeda González, de rancia tradición política desde sus abuelos y hermano, quienes en el pasado ocuparon posiciones ejecutivas como las que él está estrenando. Román Alberto es nieto del exgobernador ya fallecido, Román Cepeda.

Al arribo de Cepeda a la alcaldía, a diferencia de la situación que guardó Torreón con edil de abolengo panista, aunque en la titularidad del gobierno estatal se encuentre un alcalde torreonense, la relación con el primero si bien tanto el gobernador como el entonces presidente la describieron como respetuosa, ahora al llegar al edificio principal de la Plaza Mayor una persona proveniente de su rebaño y de su voluntad, la colaboración entre estas dos esferas de gobierno será por naturaleza más estrecha, lo que debe prometer mejores cosas con la ciudad.

Como es natural, siempre se produce un entusiasmo esperanzador al inicio de una nueva administración, y en el caso que estas líneas ocupan, es notorio la satisfacción que hoy tiene Miguel Riquelme Solís por haber recuperado para los suyos el gobierno del municipio de Torreón.

Román Alberto ha anunciado su plan para los primeros 101 días de gobierno, donde su interés es dar muestra que ciertamente tiene las ganas y la capacidad de dotar de otra fisonomía a la Perla de la Laguna y para ello desde el primer día parece haber puesto manos a la obra.

Inmediatamente luego de tomar las riendas, Cepeda González junto al gobernador entregó a la policía municipal 30 unidades nuevas y equipo táctico para dotarlas de mejores herramientas para el desempeño de su trabajo, al igual que está ya el alcalde en campo disponiendo de acciones para beneficio ciudadano.

Román ha dicho que su administración será cercana a la ciudadanía, que creará los comités necesarios para tener una estrecha comunicación con la sociedad para que, de la mano de ella, se puedan tomar las mejores decisiones. Es evidente que el modelo lo está tomando del ejemplo que el hoy exalcalde saltillense, y claro delfín del gobernador Riquelme para sucederlo el diciembre del 2023, Manolo Jiménez Salinas, creó en la capital para liderarla por 4 años, con el éxito necesario para que bonos políticos estén por las nubes y en este momento no se vea a ningún otro personaje del PRI coahuilense que pueda siquiera desafiarlo en la carrera por la candidatura al gobierno el año siguiente.

En esa ola está Román Cepeda cuando declaró que la ciclovía que se construyó en la calzada Colón justo en el gobierno municipal que acaba de concluir, sería puesta a consulta popular para determinar mantenerla o en su caso deshabilitarla.

Ante ello, organismos como Ruedas del Desierto, que aglomera a varias decenas de asociaciones prodefensa de la movilidad sustentable, reaccionaron con fiera oposición a que llevar a cabo de una consulta de este tipo, argumentando que incluso se estaría violentando un derecho humano.

El alcalde ayer tamizó su primera declaración y sin precisar fechas, fue enfático en que él en este caso y en otros, habrá de escuchar todas las voces, las que estén a favor y las que estén en contra.

Qué bueno que el presidente Cepeda esté mostrando esa apertura de diálogo con todos, pero es deseable en el amanecer de su gobierno, pronto se dé cuenta que un gobernante responsable no puede someter todas las decisiones a designios de la masa, hay muchas ocasiones que, si es serio y capaz, tendrá que decidir por opciones antipopulares pero benéficas para el colectivo general.

Ojalá entonces que este asunto de la ciclovía sea una rápida lección para que evite conducirse por el camino de las consultas para todo, de esas que tanto le gustan a los populistas que a la larga siempre terminan haciendo daño.