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Higos, el manjar ideal

Higos, el manjar ideal

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AGENCIAS

Ya sean frescos o secos, los higos son el toque perfecto para un platillo fuerte, un postre o incluso para comérselos solos.

Este fruto, familiar de las moras, de piel gruesa y pulpa muy jugosa, es fácil de encontrar principalmente durante el otoño, en la zona del Mediterráneo, pero se exporta a otras partes del mundo.

Se cuenta que era uno de los favoritos de la realeza, específicamente de Luis XVI, quien ordenó plantar muchas higueras en su castillo de Versalles.

Su sabor y textura lo vuelven ideal para muchos platillos. Por ejemplo, en una ensalada con frambuesas, naranja, uva y nueces o en pasteles y gratinados con queso de cabra.

Pruébalo en pan tostado con algo de parmesano, incluso en pastel de chocolate y galletas. También son perfectos para combinar con pollo, ternera y pato. Incluso para disfrutarlos en una rica sopa de higos frescos.

Elegirlos es fácil. Cuando los tomes fíjate que estén blandos, que su piel no tenga grietas y que en alguna de sus extremidades aparezca una gota blanca, indicio de que es fresco. Lo recomendable es que los comas el mismo día de la compra o a lo mucho en los siguientes dos o tres días en caso de que sean frescos. Eso sí, olvídate de comprarlos y meterlos al congelador con la intención de preservarlos más tiempo, pues lo único que conseguirás será que pierdan su sabor. Si los compras secos, será más fácil conservarlos. Solo colócalos en un recipiente lejos del Sol y cuando necesites rehidratarlos bastará con sumergirlos en agua fría por cuatro horas.

Para prepararlos no te asustes. Solo quita el rabillo con un cuchillo en caso de que lo sientas muy rígido. No les quites la piel, pues es donde guardan la esencia de su sabor.

Escrito en: higos - sean, piel, caso, ideal

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