Prepárate, Marisol
La controversia suscitada estos días alrededor de la reincorporación de la diputada propietaria Marisol Carrillo es, sin lugar a dudas, una ramificación del conflicto abierto a raíz de la definición de la candidatura de Morena a la gubernatura. Carrillo era y es un apoyo fundamental del Doctor José Ramón Enríquez y durante el proceso de selección de los morenistas pidió licencia indefinida en el Congreso local, donde tomó protesta como diputada plurinominal esta legislatura, para sumarse a su campaña. Desde su puesto como regidora en el Cabildo de la capital bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, donde accedió al igual que su líder al Senado, Carrillo se convirtió en una pieza clave en el ajedrez de Enríquez para su carrera fallida hacia el gobierno de la entidad.
Una vez definida la candidatura a favor de Marina Vitela, en medio del conflicto abierto por el Doctor contra la dirigencia de Morena, Marisol Carrillo solicitó su reincorporación al Congreso. Sorprendentemente -o no- se trató de obstaculizar desde su propia bancada la recuperación por parte de Carrillo de su curul. Habiendo observado la inclinación de las y los diputados de Morena en el Congreso hacia Vitela, no extraña tanto ver cómo sus propios camaradas quisieron impedir la vuelta de Carrillo al lugar que legítimamente ocupa. La triquiñuela quedó paralizada, pues la ley protege los derechos de Marisol Carrillo y cualquier disquisición jurídica no podría tener otra conclusión que la vuelta de la diputada propietaria a su curul.
Así las cosas, Carrillo volverá a ocupar su asiento en la Cámara Legislativa de Durango. Pero las complicaciones que se han presentado para su retorno permiten vislumbrar que el futuro en el Parlamento de la diputada no será a partir de ahora un camino de rosas. Quienes pretendieron vulnerar sus derechos políticos no van a cejar en su empeño por invisibilizarla, por más que haya recuperado su curul.
Intuyo que este ataque a Marisol Carrillo va más allá de su alineación con el Doctor Enríquez. La defensa sin cortapisas por parte de la diputada de temas tan polémicos como el matrimonio igualitario o la despenalización del aborto en la entidad es una piedra en el zapato para muchos de sus correligionarios. La concepción de Durango como un estado conservador impide a un grupo supuestamente progresista como el de Morena subir a la tribuna del Congreso asuntos de suma relevancia como los mencionados. Un partido progresista, motor de la llamada Cuarta Transformación, debiera ser en teoría el principal impulsor de estos avances en derechos civiles que colocarían a Durango al nivel de la mayoría de estados de la República. Sin embargo, el devenir de Morena en el estado guiado por una dirigencia expriísta está escorando al partido de López Obrador en la entidad a tener una posición muy por debajo de las expectativas y de la altura del pueblo duranguense.
Morena necesita un cambio de rumbo, que no pueden dar quienes llevan décadas dentro del Círculo Rojo auspiciando las decisiones que han generado el atraso del estado en asuntos de gran importancia. Los frenos a las ideas progresistas no están solo del lado de la alianza tripartita, sino también en la coalición de la 4T. Esta cruzada no es contra Marisol Carrillo, sino contra su ideología de izquierdas. Con todo, no me queda más que felicitar a la diputada que "calladita no está más bonita" y desearle suerte para lo que viene. Esto es solo el principio: prepárate, Marisol.