López Obrador, el impostor

La pobreza es la situación en la que se encuentra una persona que no cuenta con los recursos materiales considerados como el mínimo indispensable para desarrollarse de forma plena en una sociedad. En México, el 41% de la población en 2018 vivía en esta situación y uno de cada dos mexicanos tenía un ingreso menor al considerado necesario para adquirir una canasta básica de bienes y servicios. Después de tres años de gobierno federal, las cifras han incrementado a pesar de decisiones como el aumento al salario mínimo y el aumento de recursos asignados a programas sociales.

El discurso del Presidente y de los morenistas en el gobierno se ha concentrado en combatir la pobreza y acabar con la corrupción a tal grado que "Primero los pobres" ha sido su estandarte desde que estaban en campaña. Esa frase no es una ocurrencia -como muchas cosas en este gobierno-; por el contrario, es donde reside el poder del discurso presidencial debido al alto porcentaje de mexicanos que padece esta condición.

Sin embargo, la solución no está en hablar de ella diariamente, sino en conocer cuáles son los determinantes de la pobreza con el fin de identificar mecanismos para lograr que menos personas se encuentren en esa situación.

Morena llegó a la Presidencia de la República y a 16 gubernaturas gracias a la cantaleta de combate a la pobreza y lucha contra la corrupción; la esencia ha sido que los pobres "tengan más": ingresos, oportunidades, beneficios... han dicho lo que sea necesario para que la gente se convenza de que la cuarta transformación es el gobierno de y para el pueblo. La carga simbólica es tan grande que las clases bajas y medias bajas del país -es decir, la mayoría- perciben que el gobierno esta de su lado aunque ni ganan más, ni trabajan menos y los productos básicos siguen subiendo de precio.

Si nos enfocamos a los hechos, este gobierno ha defraudado al pueblo mexicano. Hoy existen más pobres en México que cuando Andrés Manuel asumió el poder. Según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) aumentó el número de personas que viven en pobreza extrema de 8 millones y medio a casi 11 millones; aumentó también el número de mexicanos que viven en pobreza de 43 millones a 45 millones. Por si fuera poco, 15 millones de mexicanos que contaban con el respaldo del Seguro Popular hoy se quedaron fuera de la cobertura del INSABI.

Entonces, ¿qué pasó con el dinero de los fondos y fideicomisos? ¿Qué ha pasado con los recortes a los organismos autónomos, a los programas como las estancias infantiles o escuelas de tiempo completo? La austeridad no ha servido para nada, el discurso de Morena contra la pobreza ha sido solo eso, palabrería.

Lo irónico es que a pesar de que hay más pobres y que las familias no han mejorado su calidad de vida, el discurso presidencial conserva su fuerza y el Presidente, su aprobación; pareciera que la gente está conforme con las buenas intenciones sin detenerse a analizar los resultados.

Enfrente no hay una propuesta atractiva, la oposición se ha concentrado en señalar los errores del gobierno federal pero no atrapan a la sociedad con un discurso más fuerte, con una causa más atractiva. Hablar mal del Presidente ya no es suficiente para cautivar al electorado, los opositores al régimen (partidos políticos, medios de comunicación, editorialistas, académicos, científicos, promotores culturales, etc.) necesitan modificar su narrativa y dejar de hacer crítica sin propuesta.

No será una tarea sencilla, pero alguien tiene que desenmascarar al impostor que miente cada vez que quiere, inventa cifras, bromea con las consecuencias de una enfermedad que ha terminado con la vida de miles de mexicanos, amenaza a las instituciones, ataca a los medios, endeuda al país y se burla de nosotros diciendo simplemente que él tiene otros datos. ¿Es el gobierno que merecemos?

@eduardguezh