La vida de Julián, quien resiste las bajas temperaturas en una plaza de Gómez Palacio

Abrigado únicamente con un viejo cobertor, Julián pasó la helada noche de este sábado 16 de enero con una temperatura de 2 grados centígrados, en el kiosco de la Plaza Principal de Gómez Palacio, donde pernocta nocha tras noche desde hace tiempo, tras aficionarse a las bebidas embriagantes y pasar a forma parte del conocido como “escuadrón de la muerte”.

Julián Muro Acosta tiene 56 años de edad, varios de ellos perdido en el alcohol, aunque en su juventud tuvo trabajo como guardia de un centro comercial y vivió en un unión libre con una mujer que lo dejó al final por los problemas de alcoholismo de Julián.

No tuvo hijos en su relación. Julián no puede caminar, se desplaza de un lugar a otro sentado y se ayuda con las manos y piernas que no lo pueden sostener en pie a consecuencia de una golpiza que le propinaron varios sujetos hace años.

Cuando llega la noche, Julián sube como puede al kiosco, donde tiene un cobertor que le regaló un amigo, quien se dedica a lavar carros por la avenida Morelos y que le ayuda a cruzar las calles. Dice Julián que vivió por el Cerro de la Pila, su padre ya murió y su madre no vive en esta ciudad, además de tener un hermano de nombre Jesús, quien hace su vida y no se ven desde hace mucho.

El amigo de Julián cuenta que le han regalado dos sillas de ruedas pero se las han robado o perdido y se acostumbró ya a “caminar” sentado y vive de la caridad de las personas.

¿Tuviste mucho frío?, le pregunta el reportero a Julián. “Una leve”, dice sonriendo mientras se desplazaba para tomar “el solecito” a la orilla de la plaza, por la avenida Morelos y calle Centenario, donde se encontró con su amigo.

El director de Protección Civil, José Miguel Martínez Mejía, informó al respecto que Julián se niega de manera sistemática a ser trasladado al albergue, al igual que otras tres personas más que deambulan por las calles de la zona Centro, entre ellas una mujer que se duerme dentro del cajero automático de un banco ubicado por el bulevar Miguel Alemán.

“La ando perreando”, dice Julián al referirse cómo pasa los días, tratando de conseguir algo.