Estados Unidos presiona por reforma eléctrica en México
Senadores pertenecientes al Comité de Relaciones Exteriores de Estados Unidos urgieron a su presidente Joe Biden a no callar ante la reforma eléctrica que busca impulsar el Gobierno mexicano.
La aprobación de dicha reforma podría representar una "antítesis en la relación económica histórica y sólida" entre ambos países y podría cerrar las puertas a la explotación de minerales estratégicos como el litio y el cobre a las compañías estadounidenses, alertaron los senadores.
Los legisladores se manifestaron de esta forma a través de una carta enviada al secretario de Estado, Antony Blinken, y a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, al indicar que "López Obrador interpreta el relativo silencio público de la Administración Biden sobre este tema como indiferencia o tácita aprobación de la decisión de su Gobierno de priorizar el desarrollo de combustibles fósiles sobre renovables energía".
Dicha misiva se presentó a horas de la visita de Granholm al país, donde sostendrá una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador e inversionistas del sector en México.
De acuerdo con el Gobierno estadounidense, la misión de la secretaria de Energía de la Unión Americana es tratar la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y el acceso a fuentes de energía más sostenibles y baratas que beneficien tanto a EUA como a México y mejoren la competitividad norteamericana.
Aseguran que acude dispuesta a "escuchar un intercambio de opiniones".
Ante ello, los congresistas demócratas Robert Menéndez, Brian Schatz, Jeff Merkley y Tim Kaine han urgido a "hacer de este un tema prioritario de discusión".
Asimismo, exigen una actualización sobre las acciones que la Administración Biden está tomando para defender el tratado comercial con México y Canadá (T-MEC), de tal forma que "se contrarreste la postura alcista y nacionalista del presidente López Obrador hacia el sector energético mexicano".
Los legisladores están dando por sentado que el Congreso de la Unión, el cual celebra un Parlamento abierto por la reforma eléctrica, aprobará la propuesta de López Obrador, dando marcha atrás a la reforma energética de 2014 de Enrique Peña Nieto, la cual abrió las puertas a la inversión privada y extranjera en el sector.
El grupo de los congresistas demócratas insistió en que la política energética seguida por el Gobierno federal establecerá restricciones de inversión y exacerbará las preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con la escasez crítica de minerales.
Asimismo, detallaron que representa una amenaza para las inversiones privadas por 44 mil millones de dólares en el sector energético de México, y tendrá un impacto negativo en la inversión del sector privado estadounidense en el país.