¿Cómo afecta el cambio de horario en la salud?

El próximo cambio de horario se llevará a cabo el 3 de abril del año actual, durante el año se presentan dos cambios, el de invierno y de verano, siendo este último el más cercano y que se caracteriza por tener que adelantar las manecillas del reloj por una hora, por lo tanto anochecerá cuando todavía haya luz natural. Sin embargo, estudios científicos afirman que la transición hacía un nuevo horario representa diversas complicaciones para la salud.

El cambio de horario se originó en Estados Unidos después de que el científico y diplomático estadounidense Benjamín Franklin se percatara del aprovechamiento diurno de luz natural a través de adelantar los relojes una hora durante el verano que permitiría reducir el consumo de velas para alumbrar por la noche. No obstante no logró ponerse en práctica hasta la primera guerra mundial y se generalizó en el mundo en 1974.

De acuerdo a el grupo de Enfermería del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) que trabajó en conjunto con expertos internacionales de la Università degli studi di Ferrara (Italia) y la University of Texas at Austin (Estados Unidos), determinaron que el cambio horario puede afectar de múltiples formas a la persona, predisponiendo al desarrollo de enfermedades mentales, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, debilidad muscular, inflamación, e incluso, cáncer. Además, se ha visto su implicación en los accidentes de tráfico o en las visitas hospitalarias.

Factores como la edad, género y el ritmo circadiano endógeno (cronotipo) determinan en gran medida la capacidad que tiene una persona para sincronizarse con la alteraciones derivadas por el cambio de horario, por lo que cada persona tiene un cronotipo ligado a los distintos ciclos de sueño.

¿CÓMO CUIDARSE DEL IMPACTO EN EL CAMBIO DE HORARIO?

Para evitar ser afectado por estos cambios de tiempo, es necesario poner en práctica las siguientes recomendaciones:

- Cambiar de forma gradual la hora de despertarse y acostarse días previos a la modificación del horario para acostumbrar al sistema paulatinamente, esto se puede llevar a cabo estableciendo intervalos de 15 a 20 minutos para dormir antes de la hora habitual e ir adaptando el sistema.

- Estar expuesto a la luz durante las horas de vigilia y evitar luces fuertes en la noche es una medida que ayuda a que el cerebro produzca melatonina durante la noche y sea más sencillo mantener el patrón de sueño.

- Mantener buenos hábitos de sueño ayuda a minimizar el impacto del cambio de horario, por lo que realizar ejercicio físico antes de dormir y evitar el consumo de cafeína, nicotina y alcohol, o no comer demasiado antes de ir a dormir. 

Mientras esta medida del cambio de horario siga vigente, se ve involucrado el riesgo de padecer una de las enfermedades anteriormente mencionadas, por lo que es importante facilitar a nuestro cuerpo la transición hacia un nuevo horario.