La danza tradicional en Durango
Durante el coloniaje español en la Nueva España, la danza fue un instrumento utilizado en el proceso de evangelización; los frailes católicos se encontraron con la danza ceremonial dedicada al culto como una de las manifestaciones más espectaculares y arraigadas entre los indígenas americanos y al no poder eliminarlas, fue una excelente oportunidad para aprovechar estos ritos y transformarlos en la propagación de las ideas cristianas con mayor efectividad que cualquier sermón.
Una época de transición entre dos mundos, cuando se encontraron y empezaron a mezclarse los elementos indios y españoles que en los tres siglos de coloniaje y de múltiples influencias, darían origen a las formas de ejecutar la danza de carácter religioso que llega hasta nuestros días.
La migración de personas a Durango a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, trae consigo la llegada de la danza ya con elementos católicos, principalmente a los pobladores de las grandes haciendas del estado.
Con la decadencia de dichas haciendas, la expropiación de tierras y la creación de ejidos, se forma una gran cantidad de poblaciones que de acuerdo a su nueva idiosincrasia sus habitantes requerían de una protección espiritual, por lo que cada comunidad adopta un Santo Patrono para este fin; surgen entonces infinidad de fiestas patronales donde se desarrolla una compleja y fascinante tradición: la danza ceremonial
La danza se propaga en el medio rural y urbano, si bien, en algunos casos, ésta tradición es similar en su origen y significado, la capacidad creativa o económica de sus pobladores en diversas regiones, les permite implantar características propias que las distingue de las demás, integra en su contexto místicos e históricos personajes; trajes y accesorios multicolores, gran fuerza y cadencia en sus pasos al ritmo de la melodía, así como movimientos coreográficos que a los danzantes, desde lo más profundo de su ser, les permite tener un contacto divino con el ser supremo al que con fe y esperanza agradecen sus favores y bondades.
Esta manifestación ya tradicional, sigue patrones rígidos establecidos y transmitidos de generación en generación por tradición oral e imitación que paulatinamente van evolucionando (pasos, música, estilo, personajes e indumentaria). Hasta la fecha existen en Durango infinidad de grupos de danzantes que varían de acuerdo a su origen, características y formas de ejecución, algunas de ellas: "Danza de pluma", "Danza de Carrizo" y "Danza de Indio".