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Sigue implacable la violencia contra periodistas mexicanos

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Sigue implacable  la violencia contra periodistas mexicanos

Sigue implacable la violencia contra periodistas mexicanos

VÍCTOR MONTENEGRO

El pasado lunes 9 de mayo, dos mujeres periodistas fueron brutalmente acribilladas. Murieron baleadas en el municipio de Cosoleacaque, en el estado de Veracruz, con lo que suman ya 11 los informadores asesinados en México de enero de este año a la fecha. Aun sin cumplirse los primeros seis meses del año, el 2022 ya es considerado como el más mortífero para la prensa mexicana.

Las muertes de Yessenia Mollinedo Falconi, directora del portal El Veraz, y la reportera Sheila Johana García Olivera, quien también laboraba para el mismo medio, ocurren a menos de una semana del asesinato de otro comunicador, el periodista Luis Enrique Ramírez Ramos, cuyo cuerpo fue localizado el pasado 5 de mayo envuelto en una bolsa negra de plástico sobre un camino de terracería, cerca de la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa.

Así, de nueva cuenta y en un corto lapso volvemos a hablar de la atrocidad; de los ataques en contra de periodistas y la libertad de prensa en este país; lo indeseable, una y otra vez ocurre en México sin que haya al menos un pequeño indicio de garantías para ejercer la profesión de manera segura. El asesinato de tres compañeros más en tan solo una semana, ciertamente, genera consternación en el gremio y la sociedad mexicana, pero sobre todo una profunda preocupación por todo lo que implica.

Sin que alguien haga algo para evitarlo, México sigue destacándose en el mundo entero por este peligroso contexto de inseguridad y violencia en la que se realiza tan importante y noble labor. Somos el país más violento del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo, según el Comité para la Protección de los Periodistas, un organismo activista con sede en Nueva York que protege a la prensa.

Contando del 2000 a la fecha, llevamos ya más de 20 años clasificados como uno de los territorios más peligrosos y mortíferos para los periodistas. Para 2010, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó su Informe Especial sobre Libertad de Expresión en México, el país ya era identificado como el de los niveles más altos de peligro en todo el continente americano para el ejercicio periodístico.

Para entender la gravedad del incremento hay que recordar que, en ese mismo año, en México fueron asesinados 10 comunicadores, esto de acuerdo a los datos que recopila la organización civil Artículo 19. Los nombres de Valentín Valdés Espinosa, Jorge Ochoa Martínez, Jorge Rábago Valdez, Evaristo Pacheco Solís, Francisco Rodríguez Ríos, Hugo Olivares Cartas, Guillermo Alcaraz Trejo, Marco Martínez Tijerina, Carlos Santiago Orozco y Alberto Guajardo Romero forman parte de la lista de aquel año en que finalizó la primera década del nuevo milenio.

Siete años después, la cifra ascendió a 12 crímenes, ubicando a 2017 como el año más letal para la prensa en México. Sin embargo, tan solo de enero a mayo de 2022, el país registra ya 11 homicidios de periodistas, por lo que la tendencia no ha cambiado en la última década y, de mantenerse, nos arrastrará a continuar como uno de los países más riesgosos del mundo para la libertad de prensa, apenas conmemorada a inicios del presente mes.

Es mucho el enojo, la indignación y la impotencia; no obstante, debe ser también un urgente recordatorio sobre la relevancia de hacer entender a las autoridades, que hoy más que nunca se deben adoptar medidas oportunas y efectivas para que cumplan con su obligación, de garantizar la protección y seguridad de las personas que ejercen el periodismo frente a cualquier posible amenaza, amedrentamiento o agresión para evitar más muertes.

El despiadado ataque a estas dos mujeres periodistas de Veracruz debe recordarnos también la importancia de hacer fundamental la integración de una perspectiva de género, tanto en la investigación judicial como en las medidas de protección, teniendo en cuenta la violencia estructural de género y la menor visibilidad de los riesgos que enfrentan las periodistas por ser mujeres, tal como lo ha referido la propia representación de la ONU en México.

Twitter: @Vic_Montenegro

Escrito en: Contrapesos periodistas, México, país, violencia

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