Vientres de alquiler, industria de la explotación reproductiva

En el Congreso de la Unión se discute el tema de la gestación subrogada o los llamados vientres de alquiler, un asunto de la mayor importancia y que afecta directamente a las mujeres.

En el Senado de la República se han llevado a cabo diversos foros sobre las múltiples variables que deben ser analizadas en este asunto que representa el riesgo de una nueva forma de explotación de las mujeres, sobre todo a aquellas que están en condición de vulnerabilidad.

Se ha detectado en redes sociales a mujeres de entre 20 y 30 años ofreciendo su vientre, con un pago que va de los 100 mil a 500 mil pesos, que se traduce en un sueldo mensual de 11 mil pesos a 55 mil pesos; sin embargo, una vez concluido el proceso de gestación siguen en condiciones de pobreza o marginación pero ahora con un duro golpe sicológico además del proceso hormonal postparto que puede incluir la depresión.

La maternidad subrogada ha sido presentada como una opción para las personas infértiles, o bien, parejas homosexuales pero también para aquellos que no quieren sacrificar su tiempo, ni sus carreras o perder la silueta, así que prefieren que alguien más conciba a sus bebés. Los casos más visibles han sido precisamente los de la farándula, en donde cantantes, actrices, actores y hasta futbolistas han pagado a una mujer para que se embarace de sus hijos. Nadie sabe algo de ellas, solo que firman estrictos contratos de confidencialidad para quedar en el anonimato.

En el último foro realizado en el Senado el pasado 16 de mayo, durante cinco horas ponentes de primer nivel analizaron la situación. Coincidieron en establecer que el embarazo subrogado no está avalado por la sociedad médica como un método de reproducción asistida y atenta contra la dignidad humana de las mujeres.

Advirtieron sobre los riesgos que conlleva la industria de la explotación reproductiva, pues de cierta forma es avalar la compra-venta de personas.

En especial, es indispensable no perder de vista a las mujeres utilizadas como "incubadoras", las cuales son sometidas a múltiples violencias en el proceso de quedar embarazadas tales como la hiperhomonización, abortos selectivos si se detecta alguna alteración del feto, control y viglancia de su cuerpo, por lo que ven limitada su actividad física o sexual, además de los riesgos de la diabetes gestacional, preeclampsia, entre otros. Todo lo anterior con consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo.

De acuerdo a los datos expresados en el Foro, la gestación subrogada representó una facturación de 6 mil millones de dólares en el 2018; la proyección es que para el 2025 alcance ingresos por el orden de los 27.5 mil millones de dólares. En Estados Unidos, en California donde es legal, el costo promedio del procedimiento es de 150 mil dólares, de los cuales, entre 20 mil a 30 mil son para la mujer gestante. En nuestro país, el costo oscila en los 90 mil dólares, de los cuales el 10 por ciento es para la mujer.

En México, hubo un auge de la gestación subrogada entre 2013-2015. Es legal en Tabasco y en Sinaloa. El resto de las entidades no tienen regulación, lo cual genera un vacío que puede ser aprovechado por la industria que ya de por sí tiene muy malas prácticas.

Es indispensable entonces que como sociedad hablemos del tema. También es necesario que los legisladores locales se interesen en la materia, aunque por el momento andan muy ocupados en las campañas políticas.

PUNTO Y APARTE.- Estamos inmersos en una severa crisis de salud mental. A la fecha, en la entidad se han registrado 66 suicidios en la entidad que incluyen a dos menores de edad.

Esta semana en especial ha sido muy crítica para la ciudad de Durango pues tan solo el lunes dos mujeres se quitaron la vida y en la madrugada del martes un joven también se suicidó.

Hemos escuchado a las autoridades locales decir que han implementado acciones para prevenir el suicidio pero a todas luces sus esfuerzos no han dado los resultados esperados y es urgente, en realidad urgente, replantear la estrategia. Todos los sectores de la sociedad debemos unir esfuerzos para contribuir a combatir esta situación. Hay que tomar muy en serio la problemática y reforzar las medidas. No podemos seguir así.

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