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Ensayo de la cultura

José Luis Herrera Arce

La moneda tiene dos caras

Si bien es cierto que las corrientes liberales y neoliberales han servido como fundamento para la explotación de los seres humanos, y que, con el tiempo, a base de leyes y de instituciones esa explotación ha sido más difícil, de tal manera que ahora se ha eliminado la esclavitud, la tienda de raya, el trabajo forzado de niños, las jornadas de trabajo agotadoras Etc., no podemos dejar de admitir que las iniciativas individuales han desarrollado toda la industria que existe en el país, todo el comercio que existe en el país, la mayoría de la industria agropecuaria, que se han convertido en una inmensa cantidad de fuentes de trabajo que han sacado adelante a nuestra nación.

Nuestro orgullo regional es Lala, la principal industria lechera de todo el país que comenzó con un conjunto de estableros que fundaron Pasteurizadora Laguna cuyo viejo edificio aún permanece en la calle Cuauhtémoc de Torreón. Lo mismo se podrá decir de Soriana, que comenzó con el trabajo de un español que le dio apoyo a sus dos sobrinos que se trajo de España y que se iban a vender sus telas a la sierra de Chihuahua y no sé que tantas partes más. Don Pioquinto fue su viejo ícono de campaña publicitaria. Hay otras industrias como Peñoles, que producen riqueza y trabajo para los que viven en La Laguna y otras, como Cimaco, cuyo crecimiento nos hace ser menos dependientes del exterior; que ha sido semillero de fuentes de trabajo que comandan los hijos de los pioneros y que tienen los mismos principios sus ancestros.

Esas son las empresas grandes; diseminadas a lo ancho y lo largo de la ciudad, se encuentran un sinnúmero de empresas pequeñas que prestan diferentes servicios y que también son oportunidades para obtener un sueldo para muchos.

Explotación gritarán algunos; pero ya lo he dicho antes, en el sistema liberal se han creado una serie de instituciones y de leyes que con el tiempo han protegido los derechos de quienes son contratados en las empresas para realizar un trabajo. Por ley existe un salario mínimo y si este resulta ridículo, la culpa es de nuestros legisladores que no han tenido la voluntad política para hacer el cálculo de lo que una persona debería de ganar como mínimo para poder sobrevivir.

Del otro lado de la moneda, los partidos de izquierda quieren construir un sistema de justicia social que nunca ha llegado a florecer en ninguna parte. Rusia, China, Cuba, Vietnam del Norte, Corea del Norte, son uno de los tantos fracasos a los que nos podemos referir. El caso de China cambió al ir permitiendo ciertos sistemas capitalistas que lo han hecho muy competitivo en el mundo liberal. Esos países han funcionado a base de dictaduras que se han apropiado de la economía nacional y que nada han permitido que se haga fuera de ellos. Stalin y Mao son los grandes ejemplos de cómo se puede explotar a una nación bajo la promesa de igualdad, creándose las grandes hambrunas, o los trabajos forzados para acelerar el ritmo de industrialización o para dar de comer a la ciudad sacrificado al campesino.

En nuestro país, las industrias estatales se han ido a la quiebra y sólo han servido para enriquecer a unos cuantos. Los que están dentro de ellas se sirven con la cuchara grande como la Comisión Federal de Electricidad cuyos empleados tienen muchas prestaciones. Jubilarse de ella es llegar al mundo de los agraciados económicamente. Mientras tanto, tú y yo nos quejamos del recibo que tenemos que pagar.

Hay muchas cosas que analizar cuando criticas a los grupos sociales, las ideologías, las instituciones. Nadie puede decir borrón y cuenta nueva porque todo lo anterior a mi está mal hecho y lo que yo hago es la octava maravilla.

El querer acabar con nuestras instituciones es destruir al país. El querer negar las cosas positivas que en los otros sistemas se han hecho, es engañarlo. El querer confrontar al patrón con el empleado es dividirnos, cuando lo que se necesita es la unión para seguir creando leyes que regulen, bajo los parámetros de justicia, nuestras relaciones.

Caer bajo la voluntad de un hombre, o de una élite, es vender nuestra libertad que tanto trabajo nos ha costado defender en el sistema liberal.

En todo hay dos caras de la moneda.

Escrito en: ensayo de la cultura trabajo, leyes, industria, bajo

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