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Yohan Uribe Jiménez

En Durango ¿ganó la alianza o perdió Morena?

En Durango ¿ganó la alianza o perdió Morena?

En Durango ¿ganó la alianza o perdió Morena?

Yohan Uribe Jiménez

La pregunta parece sencilla a primera vista. Pero como en política nada es sencillo, y menos los resultados electorales, el análisis de las pasadas elecciones vale la pena por el acomodo del panorama si, pero también por la proclamada victoria que han salido a gritar los miembros de la alianza que integran PRI- PAN y PRD, quienes de los seis estados en juego se quedaron con Durango y Aguascalientes. Sin embargo, hay que reconocer que al menos de este lado del Nazas, la alianza la tuvo fácil, por decirlo menos, ya que compitió contra la candidata menos favorecida en las encuestas internas de Morena, Marina Vitela.

Además de lo surrealista que resultó el lunes 6 de junio, ver al presidente del Partido Acción Nacional Marko Cortés levantarle la mano al dirigente del PRI, Alejandro Moreno, y ver al ex gobernador de Campeche desvivirse en elogios para el político del PAN; lo cierto es que hay que reconocer que los resultados de los comicios, al menos en Durango, hubieran sido otros si el candidato a la gubernatura hubiera sido José Ramón Enríquez, mejores o peores, es algo que entra en el campo de la especulación, pero distintos si estoy seguro.

No solo porque las propias encuestas de Morena mostraban mejor posicionado a Enríquez que a Vitela, claro que jugó la cuota de género, que se ha vuelto un factor determinante a la hora de sacrificar o beneficiar una elección, sino que en términos de plataforma y oferta de gobierno, el senador estaba muy por encima de la alcaldesa con licencia de Gómez Palacio. Formula que se repitió al menos en la alcaldía del municipio más importante de La Laguna de Durango, donde nadie sabe de donde creyó Morena que un perfil como el de Betzabé Martínez le podría ganar a la priísta Leticia Herrera.

También en Gómez Palacio tenían un perfil mucho mejor que la candidata derrotada, el Diputado Federal Ómar Castañeda, quien trabajó durante casi tres años en la consolidación de una modesta estructura, que es claro no salió a votar luego de que el diputado se alejara de la campaña de Betzabé.

Sin embargo hay que reconocer que con dos perfiles tan poco competitivos, el partido en el poder logró una votación nada despreciable. Y fuera de los optimistas resultados que presumió la alianza, están más que preocupados porque saben que el próximo año el Estado de México y Coahuila, no dependen de ellos, sino del candidato que ponga Morena. Una realidad que muestra el desmoronamiento de los partidos tradicionales, que tendrán que reinventarse si quieren al menos mantener el registro.

El PRI enfrenta una encrucijada, el desgaste de la marca y las malas decisiones de su presidente nacional Alejandro Moreno y el Diputado Federal Rubén Moreira, que sufrieron una derrota contundente en Hidalgo donde la esposa del ex gobernador de Coahuila, Carolina Viggiano, perdió dos a uno con Julio Menchaca, candidato de Morena. Si ellos piensan operar la elección en Coahuila el próximo año, más que felices estarán en Morena, ya que más allá de la deserción que vive el partido en Coahuila, lo que quedó claro a nivel nacional, es que con los mismos líderes el tricolor no llegará a ningún lado.

Queda claro que Morena también tiene que tomar nota para el 2023, sino concentra un proyecto de unidad, la marca tampoco alcanzara por si sola para lograr la alternancia, y aún cuando el resultado queda claro, cuatro a dos, el dirigente nacional de ese partido, Mario Delgado, tampoco puede cantar como suyo el resultado, ya que está por demás claro, que la operación política en los estados además de muy local, fue decisiva por la participación de altos funcionarios federales, no por el trabajo de la dirigencia.

En la alianza el único que obtuvo un beneficio tangible fue Acción Nacional, quien más allá de todos los bemoles, se quedó con Aguascalientes y sumó un quinto estado para ese instituto, además difícilmente Teresa Jiménez, quien arrasó en las urnas, integrará en su gobierno a políticos del PRI o el PRD, esto por las declaraciones de su propio equipo de trabajo, lo que generará más fracturas en la alianza.

Mientras el Partido Acción Nacional en Coahuila enfrenta una división, la mitad de sus miembros piensan que deben ir solos en el estado para la elección del próximo año, la otra mitad considera viable la alianza con el PRI, ya que no ven otra manera de ganar, lo que demuestra que no importa competir con una propuesta de gobierno, sino con un solo interés, evitar que llegue Morena al poder. Por lo que no será raro ver en los próximo meses que quienes antes se descalificaban y acusaban, ahora se abracen y elogien como nuevos mejores amigos.

@uyohan

Escrito en: Yohan Uribe Jiménez alianza, sino, claro, próximo

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