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Las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval

Las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval

Las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval

ALEJANDRO AHUMADA R

En la Laguna, un eslogan usado en el presente y repetido cada año o en momentos de júbilo es el de "Vencimos el desierto", y esta oración refleja la lucha que se vive a diario desde tiempos remotos en una zona semiárida difícil para desarrollarse, donde el clima, y en su conjunto con la naturaleza, son y han sido siempre un reto a vencer cada día desde tiempos inmemorables buscando el bienestar.

En la actualidad, al pasear por el vado del río Nazas y ver el agua prácticamente estancada en ciertos meses del año o al circular el agua cuando se abren las compuertas de las presas, iniciando un nuevo ciclo para su uso en el campo a través de un gran sistema de canales primarios y secundarios, nos es difícil imaginar cómo se vivía en tiempos remotos donde el agua era indispensable para sobrevivir en el semi desierto sin tecnificación alguna.

Dos de los engranes más importante que siempre han estado en esta región son el río Aguanaval o igualmente llamado Buenaval y el río Nazas; ambos ríos son fuentes imprescindibles para la vida de esta región semidesértica. Para entender un poco más sobre este tema, es importante saber que ambos ríos renacen cada año y la cantidad de agua que puedan conducir por su cauce puede ser muy variable debido a las condiciones climáticas que se presentan por temporada. Son dos ríos que, a diferencia de otros que terminan su cauce en el mar, éstos lo hacen dentro del territorio firme, formando al terminar lagunas, para el río Nazas, aunque ahora se tienen presas las cuales en diferentes momentos se han tenido que abrir y dejar correr sus aguas para llegar, como siempre lo hicieron, hasta la laguna de Mayrán.

Haciendo un recuento en el paso del tiempo, no hay un registro claro que mencione quiénes fueron los primeros pobladores o grupos en aprovechar los beneficios de estas aguas. Se conoce con fechas aproximadas de grandes tumbas o entierros indios que dejan saber de su presencia, junto con algo de su indumentaria y artefactos que acompañan a los sepulcros en esta zona, pero sin una referencia en el tiempo bien definida. Hay otros datos que nos hacen saber de su presencia, como lo son la gran cantidad de registros en petroglifos o pinturas rupestres que se encuentran en las zonas cercanas al vado de los ríos o de las lagunas en esta comarca. Las narraciones más claras son las que fueron dejando los españoles en sus travesías hacia el norte después de la conquista, donde los primeros relatos sobre la región fueron hechos por los misioneros españoles de la Compañía de Jesús a principios de 1700, sobre sus centros o misiones establecidas. Aquí ya se hace mención de pobladores locales en el área de la Laguna Grande o Nazas, o igualmente llamada Misión de Nuestra Señora de Parras en Coahuila, la cual era la cabecera, y a ésta la conformaban los pequeños poblados de San Jerónimo, Santo Tomás, Laguna Grande con San Pedro, San Nicolás, Santiago y Río de las Nazas, así como seis poblados a lo largo de la ribera del Nazas.

Todas estas poblaciones, en un censo realizado para 1605, arrojó la cifra de 4 mil habitantes. En ese documento se describe a la mayoría de sus pobladores como gente pobre, desnuda y bárbara, mencionando que no sembraban, sino que recolectaban los frutos crecidos en temporada de las plantas nativas y principalmente se vivía de la caza y pesca. En general solo se describe por la región el área final de descarga del río Nazas en una temporada apacible y por la escasa población, igual si fuera una temporada de poca descarga o sequía. Se puede pensar que esta poca agua cubriera las necesidades básicas de tan escasos habitantes.

  (CONTINUAR?...)

Escrito en: CALEIDOSCOPIO PERSONAJES DE DURANGO ríos, agua, región, saber

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