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La soledad de los despiertos

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La soledad de los despiertos

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VANESSA BARDÁN PUENTE

Antiguamente para aprender a ser una verdadera mujer era necesario recibir una iniciación.

La mujer tenía que entrar sola en el Templo del Puma y permanecer 7 días y 8 noches. Recostada sobre una piedra, conocía y saboreaba la verdadera soledad.

La oscuridad más absoluta afrontaba su miedo a lo desconocido e inmersa en el silencio más impenetrable buscaba conocer su verdadera naturaleza.

Era una batalla muy difícil. La lucha más dura de sostener no es aquella que se combate con un adversario sino contra sí mismo.

Ahí, donde no percibía el más mínimo ruido, comenzaba a escuchar los sonidos emitidos por su cuerpo: los latidos de su corazón, los sonidos sordos de los pulmones, del hígado, del páncreas, del intestino, del estómago, de los ovarios... cada órgano entonaba su propia música: sonidos nunca antes escuchados.

En aquel retiro absoluto, a través de la meditación, la reflexión y el análisis de toda su vida, la mujer vencía sus propios temores para averiguar quién era verdaderamente y para qué había venido a la tierra.

Aquella que entraba en el Templo del Puma, salía preparada y consciente de su propio poder y su propia fuerza, pero para poder comenzar su iniciación la mujer debía primero superar una serie de pruebas para mitigar su carácter y por lo tanto aprender, en el Templo, a controlar poco a poco el propio cuerpo y la propia mente.

Ahí dentro era asaltada continuamente por dudas y temores: debía aprender a tener fe, porque quien no tiene fe en sí mismo está perdido.

Por primera vez en su vida se afrontaba y se juzgaba a sí misma. Encerrada en aquel recinto la mujer debía aprender y atravesar la puerta de la eternidad sin temores.

Y si lo quería, realmente lograba hacerlo. En aquel lugar, templo del tiempo y del espacio, la mujer aprendía a entrar en armonía y en paz consigo misma. Solo la mujer que conoce la armonía mantendrá la serenidad también en los momentos más difíciles. ¿Has sentido la paz que suministra la soledad?

La soledad es donde nos encontramos a nosotros mismos, la experiencia de la soledad nos obliga a autoabastecernos y a organizarnos sin contar con nadie para sobrevivir.

Usa la soledad para tu crecimiento, para mirarte por dentro y activar más tu sentir.

La soledad te hace volverte adicta a la libertad, a la tranquilidad y a la paz, a no tener que dar explicaciones, no cualquiera entra en tu mundo y en tu corazón, no es necesario mendigar atención y cariño, te tienes a ti misma, tienes el tiempo de disfrutar la lluvia y el sol y eso te hace brillar con luz propia, te vuelves experta en domar tu mente y aprender del silencio, te das cuenta que se puede vivir sin la necesidad de depender de alguien o aferrarse a algo, la soledad es tremendamente bella porque es profundamente libre. La verdadera soledad consiste en estar siempre atentos y no perdernos, porque el peor abandono es el que se hace uno mismo, quien no sabe estar en paz y armonía consigo mismo no podrá estar bien con nadie.

Dios vive en el ahora y aunque no lo sepamos muchas veces es la pieza que falta, por eso cuando recuperamos el contacto con él, descubrimos que podemos volver a vivir felizmente, no para siempre sino por el momento ¿falta alguna pieza en tu vida? ¿crees que hay alguien o algo fuera de ti que puede completarte?

Escrito en: CARIÑOTERAPIA mujer, soledad, verdadera, aprender

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