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Robo de combustible y gobernabilidad

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Robo de combustible y gobernabilidad

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

Como usted sabe, estimado lector, desde hace varios días hay escasez de gasolina en varios estados del país y más recientemente en la Ciudad de México, donde se observan largas filas de coches esperando cargar gasolina en diferentes estaciones de servicio, mientras otras de plano no operan debido a que no cuentan con el producto.

Si el accidente aéreo en que fallecieron la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y su esposo, el Senador Rafael Moreno Valle puso a prueba la capacidad del gobierno entrante para argumentar y defender su narrativa en los medios frente a la tragedia, la crisis de abasto de gasolina va mucho más allá de una guerra mediática ya que podría convertirse en una crisis de gobernabilidad, si es que el efecto dominó que implica la falta de combustible llegara a afectar de manera importante el bienestar de la población.

Aunque es casi imposible conocer los entretelones de la historia, todo parece indicar que nos encontramos ante una decisión de gobierno que se tomó sin considerar todas las consecuencias negativas de un cambio de esa magnitud en los procesos de la compañía más grande del país.

En la guerra de declaraciones y el esfuerzo por controlar la narrativa, el gobierno federal asegura que, debido a la decisión de enfrentar el robo de combustible, se cerraron los ductos que lo transportan y ahora el transporte se hace mediante pipas, lo cual es mucho más caro y lento. La escasez ya ha provocado la visibilización del mercado negro de gasolina, que antes operaba con mayor discreción, ahora se realiza a la vista de todos.

Un artículo de The Wall Street Journal fechado el pasado 11 de enero que ha sido profusamente citado en redes sociales menciona que las importaciones de gasolina a refinerías de los Estados Unidos durante el periodo de gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha disminuido considerablemente, además de que no se consideró que al cerrar el sistema de ductos los depósitos de combustible permanecen llenos, sin permitir que los barcos que esperan en las costas de Veracruz puedan descargar la gasolina que transportan.

Así, estamos ante una crisis que puede tener consecuencias más graves si no se toman las medidas necesarias para contenerla. Si el manejo discursivo del gobierno omite datos duros, difícilmente podrá seguir posicionando su argumento de que enfrenta a mafias, dentro y fuera de la empresa, coludidas para robar a Pemex. Si esto último es cierto y hay pruebas fehacientes para demostrarlo, es urgente que el gobierno federal procese a los responsables, no solamente quedarse en el discurso del perdón a los corruptos porque se afecta la estabilidad del país.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública gobierno, gasolina, combustible, crisis

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