Editoriales

Sin protestas

SERGIO SARMIENTO

SERGIO SARMIENTO
"Es curioso cómo los activistas sociales suelen protestar contra las únicas cosas que tienen una oportunidad creíble de lograr sus propósitos". — Craig Bruce

Si la actual crisis de desabasto de gasolina hubiera tenido lugar en el gobierno de Enrique Peña Nieto o el de Felipe Calderón, habríamos visto sin duda estallidos populares similares o peores a los del gasolinazo de enero de 2017. El aumento al precio de la gasolina y los consecuentes desmanes representaron un golpe enorme a la popularidad de Peña Nieto y sellaron virtualmente la derrota electoral del PRI en 2018.

Sin embargo, hoy que estamos sufriendo un desabasto inédito de gasolina, con personas haciendo filas a veces hasta de 10 horas o más para llenar un tanque, no solo no ha habido estallidos de protesta sino que la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha mantenido en niveles muy altos. Si bien el 47 por ciento de los mexicanos declara que no cree que el cierre de ductos resuelva el problema del robo de combustible, contra 46 por ciento que dice que sí, 62 por ciento se pronuncia a favor de la medida (Reforma, 11.1.19).

Los pocos bloqueos o manifestaciones han involucrado a grupos muy pequeños, usualmente personas que llevaban muchas horas esperando cargar gasolina, y se han dispersado con rapidez. Quizá la razón es que los grupos de activistas que antes aprovechaban el descontento social para promover actos de protesta ahora están trabajando para el gobierno.

Una parte del fenómeno se explica por el hecho de que mucha gente ve el problema como algo que solo afecta a quienes tienen automóviles, que son el 30 por ciento más rico de la población. No falta quien piense que la escasez es un castigo merecido para quienes ganan mayores ingresos y han podido comprar un auto. El hecho es que las cifras de apoyo a la medida son muy similares al porcentaje de la población que no tiene automóvil privado.

También es cierto que el presidente López Obrador se ha convertido en un vocero extraordinario de sus propias causas. Los anteriores mandatarios estaban escondidos detrás de las murallas de Los Pinos y solo salían a los medios en situaciones muy controladas, dando discursos frente a públicos que aplaudían de manera artificial. López Obrador es en cambio el portavoz oficial y casi único del gobierno y su carisma personal entra en juego para defender posiciones de una forma que no podían hacer los voceros de gobiernos anteriores.

Algo ha cambiado definitivamente en el ambiente político. El 4 de agosto de 2018, un contingente del ejército se enfrentó a un grupo de huachicoleros en Santa Ana Xalmimilulco, Hujotzingo, Puebla, pero los pobladores reaccionaron con furia, quemaron camiones y bloquearon durante horas la autopista Puebla-México sin que las autoridades se atrevieran a intervenir. Ésta y muchas otras carreteras fueron bloqueadas por encapuchados tras el aumento al precio de la gasolina de enero de 2017. Hoy, en cambio, no hay protestas.

Otro punto curioso es que Puebla, considerada el centro del robo de combustible, no ha tenido un corte al abasto de gasolina. Quizá la razón es que dentro de unos meses tendrá elecciones en las que Morena pretende arrebatarle el estado al PAN tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso.

Por lo pronto, el país está enfrentando un verdadero gasolinazo, mucho peor que el de enero de 2017, pero en esta ocasión sin turbulencias. Quizá quienes organizaban las protestas y los bloqueos hoy están muy ocupados en labores de gobierno.

Sin ductos

Los gobernadores de Jalisco y Guanajuato pidieron ayer nuevamente al gobierno federal que reabra los ductos cerrados. Saben que sin esta medida sus estados no recibirán gasolina suficiente. Las pipas están reabasteciendo la Ciudad de México, pero nadie parece interesarse por los estados gobernados por la oposición.

Escrito en: Jaque Mate gasolina, López, medida, Obrador

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas