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Condena a las cenizas

No Hagas Cosas Buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Con la decisión pública de la alcaldesa de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera Ale de no buscar la reelección, el escenario pinta catastrófico para el otrora partidazo, el Partido Revolucionario Institucional.

Y es que con las elecciones del año pasado en donde se renovó el Congreso local que quedó mayoritariamente en manos de Morena, agraciado localmente ante el arrastre que representó el hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador, el PRI perdió también esa posición que hasta entonces tenía, el control del poder legislativo local.

Ahora, con las elecciones para la renovación de los 39 ayuntamientos del Estado, parece irreversible que también pierda el control de la segunda y tercera ciudad de la Entidad: Gómez Palacio y Lerdo.

En el plano nacional, con el inicio de gobierno autodenominado como la Cuarta Transformación, su actor protagónico el presidente López Obrador, no sólo ha logrado mantener su alto nivel de aprobación con la que suelen arrancar los presidentes al inicio de su sexenio, si no que con su particular estilo de gobernar goza una de una popularidad sin precedente en las últimas décadas en México. Sus decisiones como vender el avión presidencial; abrir la hasta diciembre pasado la Residencia Oficial de Los Pinos al público en general para irse él a despachar a Palacio Nacional; el realizar sus traslados en un Jetta Clásico blanco en vez del convoy de camionetas modelo Suburban blindadas; y hasta su precipitada lucha contra el robo de combustible, hace que el primer mandatario tenga su popularidad por los cielos, por lo que su margen de maniobra es enorme.

En ese contexto, las elecciones de Durango tendrán el factor AMLO como un elemento central de decisión. Obviamente su influencia será a través de los candidatos que designe su partido Morena, por ello se puede anticipar la precipitación del PRI, quien al ya no presentar en Gómez Palacio a su carta más poderosa en el terreno electoral, la señora Herrera, y en el caso de Lerdo sin contar siquiera con una elemental cohesión para postular lo que sería natural, a la actual presidenta María Luisa González Achem, poco queda para ese partido.

En la capital del Estado, la lucha parecerá que será entre tres: el PAN que no pudo más con la personalidad de actual alcalde, el doctor Juan Ramón Enriquez y que con la mano del gobernador del estado, José Rosas Aispuro tratará de ganar la capital del estado; el candidato de Morena, que está por decidirse y gozando de la ventaja del arrastre que significa participar bajo las siglas del partido del presidente de México, y por supuesto la pretensión del propio edil Enriquez, que encontrará la manera de presentarse a la reelección.

Con estos tres rivales, el PRI en el municipio de Durango tendrá aparentemente un participación testimonial, sin posibilidad alguna de triunfo, por eso no hay candidato claro para ese partido, pocos aceptan participar bajo esos pronósticos.

Quizá entonces lo que se ocupa en este momento es tratar de entender cuales fueron las razones por las que doña Leticia decidió no ir a las urnas en esta ocasión:

El argumento oficial es que la presidenta municipal desea apartarse un tiempo del trajín que significa el quehacer público para dedicarse por unos años a sus empresas y a su familia; aunque ha sido clara que volverá a buscar una diputación federal en el 2021 para el año siguiente buscar nuevamente convertirse en gobernadora del Estado de Durango.

La novedad a todo esto es que Leticia Herrera se ha apartado de las respuestas políticamente correctas que solía observar para ahora mostrarse mucho más determinada.

Hoy acusa a los 4 vientos que el peor gobernador que ha tenido Durango es el priista Jorge Herrera Caldea, a quien le atribuye incluso como una de las causales del deceso de su señor padre. También admite que está dispuesta a estar en la boleta del 2022 incluso por otro partido, cosa que no había hecho anteriormente.

Ahora Herrera Ale también dice que para ella sería un error seguir gobernando Gómez Palacio porque la federación llevará casi al estrangulamiento financiero las arcas de los municipios, en el afán de centralizar lo más posible el control.

Es muy probable que el gobierno de AMLO recorte sensiblemente el margen de maniobra de los ayuntamientos, por lo que la decisión pública de la alcadesa de no tratar de reelegirse parece razonable, además de ser franca al declarar que buscará ser gobernadora en el 2022.

Lo que no dijo es que aun con el trabajo, arrastre que su familia tiene sobre los gomezpalatinos, la amenaza de ser derrotada por Morena es real y tal vez por eso mejor ni siquiera exponerse, aunque no eso está condenado al PRI duranguense a las cenizas.

Escrito en: No hagas cosas buenas... Palacio, Gómez, Herrera, arrastre

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