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La rebelión escobarista, el ejército renovado

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La rebelión escobarista, el ejército renovado

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EL SIGLO DE DURANGO

SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

El Siglo de Torreón, en su edición del 4 de marzo de 1929, escribió que la noche anterior había recibido para su publicación un comunicado del General Gonzalo Escobar, en el cual declaraba que había iniciado un movimiento revolucionario contra el Gobierno Federal, movimiento secundado por las fuerzas al mando del General Jesús M Aguirre, en el Estado de Veracruz, por las fuerzas federales comandadas por el Gral. Francisco R. Manzo, en el Estado de Sonora, así como por el Gobernador de esa entidad, Gral. Fausto Topete; por las fuerzas al mando del Gral. Francisco Urbalejo, en el Estado de Durango, y por el Gobernador del mismo, Gral. Juan Gualberto Amaya; por las fuerzas en el Estado de México que comanda el Gral. Antonio Ríos Zertuche, así como por las fuerzas federales de los Estados de Chihuahua, Sinaloa y Oaxaca; estando también de acuerdo con las fuerza revolucionarias del centro del país y esperando para ahora noticias sobre que el movimiento ha sido secundado en otros lugares de la República. Que el movimiento llevaba como bandera el Sufragio Efectivo, la No reelección y la libertad efectiva de conciencia, la que debía considerarse como un hecho desde luego en todo el territorio dominado por las fuerzas revolucionarias.

Los sucesos del 16 de marzo iban a modificar la situación de Escobar y sus hombres en la ciudad, los habitantes serían testigos de un hecho sin precedentes en la joven ciudad y la región lagunera en particular, los aviones militares del gobierno "evolucionaban" sobre el cielo torreonense el primer ataque aéreo a la ciudad, por primera vez en la historia militar de este país, esta noticia publicada en misma fecha en El Siglo anunciaba ese acontecimiento como: "primera vez […] se dio el caso de que una ciudad fuera atacada" , alrededor de las 10:00 de la mañana un avión del gobierno voló de poniente a oriente paralelo a otro aeroplano de las fuerzas revolucionarias, al llegar a la Alameda Zaragoza describió un semicírculo con dirección a la estación de Ferrocarriles, cuando llegó a los límites del patio de la estación comenzó la acción de la ametralladora decenas de curiosos sobre las calles y otros más cerraron comercios y se resguardaron en sus domicilios. La aeronave volaba sobre la Colonia Durangueña de la misma ciudad para después dirigirse hacia el oriente otra vez, al mismo tiempo que un avión de las fuerzas revolucionarias se batía con dicho avión a corta distancia dados los alcances técnicos de la época. Relata el periódico de la ciudad que mucha gente miraba con asombro el combate en cada una de sus fases. enfilándose finalmente hacia Durango donde se rumora que el piloto fue alcanzado por una de las balas que lanzó el aparato revolucionario y que la aeronave había caído en la estación de pasaje muy cerca de Durango.

En un primer momento, se registran 3 heridos, uno de gravedad en la Colonia Durangueña, donde una bomba destrozó su domicilio y una esquirla le hiere la garganta, otro ciudadano que fue herido de bala mientras transitaba por la Calle Hidalgo y otro más herido en la rodilla cuando caminaba por la Calle Ramos Arizpe, quien era un emigrante de paso que quedó en la ciudad por la incomunicación de los ferrocarriles hacia el sur.

Se informó además de un ciudadano americano herido de una mano, un garrotero de ferrocarril perdió dos dedos de una mano, otro ciudadano más muy grave y una bomba sin estallar que cayó en la barda de una casa y las vecinas al ver la humareda apagaron con agua.

Otro bombardeo por la mañana a cargo de tres aviones del Gobierno Federal a las 10:00hrs, un muerto y 10 heridos, entre ellos, dos ancianos y tres mujeres, esta vez se lanzaron bombas incendiarias que no causaron estragos, pero las bombas explosivas cayeron en puntos céntricos provocando muerte y causando destrozos a edificios, se publicó un reporte por escrito el 17 de marzo en El Siglo de Torreón que presento el Cuartel general donde manifestó la ineficacia de los bombardeos y de la mezquina hazaña que obedece al dictador cuando en combate real y franco no pueden vencer.

Hubo fuego desde tierra hacia los aviones; según reporte, un avión del gobierno dejó caer hasta tres bombas explosivas y dos incendiarias cayeron en Valdez Carrillo entre Juárez y Morelos, en la Plaza de los Constituyentes mató a un hombre que se boleaba e hirió a una mujer en una pierna y un ciudadano francés que transitaba por la Plaza de Armas, otra bomba en la confluencia de Calle Muzquiz y Juárez hirió de gravedad a un hombre, una señorita de un estanquillo y tres hombres más, caen bombas en Valdez Carrillo entre Hidalgo e Iturbide, la misma Valdez Carrillo y Allende detrás de los patios de la Estación de Ferrocarriles.

Este hecho tan inusitado favoreció la publicación el día 17 de ese mes sobre medidas de recomendación ante las bombas que eran las siguientes: tirarse al suelo y buscar refugio a más de 25 metros, los garroteros de ferrocarriles indicarían con sus silbatos en caso de nuevos ataques aéreos, salir de sus hogares sólo para lo más indispensable.

Por esos mismos días, se realizó una Junta en el Consulado Americano de Torreón donde los miembros de colonias extranjeras redactaron una queja a Washington por la situación de peligro a sus vidas e intereses.

El 19 de marzo de 1929 con la ciudad evacuada por los rebeldes, arribó el Secretario de Guerra y Marina, el general Plutarco Elías Calles, lo esperaban representantes de las instituciones y organizaciones obreras para manifestarle su adhesión. Ese día, Torreón fue desalojado y la población se dio cuenta al amanecer que la actividad cotidiana había vuelto a la normalidad y al carecer de seguridad se formaron cuerpos de vigilancia, se dictaron las disposiciones para normalizar el servicio de patios y talleres en la estación del ferrocarril.

El movimiento rebelde iba a continuar por ferrocarril desde Bermejillo hasta Jiménez, Chihuahua, no sin antes sufrir reveses en el trayecto, una batalla más de resistencia que con verdaderas posibilidades de ganar en dicha ciudad y el movimiento estaba casi liquidado había perdido ya la preocupación inicial que había suscitado, había que terminar ahora con los grupos reducidos que permanecían todavía en armas en Chihuahua y en Sonora.

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Coordinación de la serie: Yeye Romo Zozaya

Escrito en: SIGLOS DE HISTORIA fuerzas, ciudad, movimiento, Gral.

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