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Desde Otro Ángulo

Después del Metrobús, nada debe extrañarnos

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ARLENE CONTRERAS

Tumbar y subir proyectos transversales, con la mano en cintura, de un momento a otro, sólo por terquedad, a través de esquemas que no tienen ningún tipo de sustentabilidad, sin un estudio que presente argumentos para definir, y que repercuten seriamente en el desarrollo económico y social del país, es una situación de alto nivel de gravedad para la Nación.

Tal y como sucedió este domingo, en la gira presidencial por Durango, donde el jefe de la Nación, Andrés Manuel López Obrador, por medio de una encuesta de "levanten la mano...", tiró a la basura el Metrobús; un proyecto de movilidad urbana de la Región Lagunera, que tendría un impacto directo en la calidad de vida de los habitantes de Gómez Palacio, Lerdo, Torreón y matamoros.

Sin duda que detrás de este espectáculo "democrático", existen intereses de fondo, y mucho tienen que ver con el grupo de concesionarios transportistas, que se vería afectados con este magno proyecto orientado a la conectividad de la zona metropolitana lagunera; sin embargo, las formas son fondo también.

Así como fue el Metrobús, un ambicioso plan de transponte que pretendía darle la vuelta al caótico nivel de servicio que actualmente se tiene, principalmente del lado de Durango, son otros los proyectos cancelados pro el presidente, como fue el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, ahora detenido por un Juez de Distrito.

Es importante remarcar que los ciudadanos de Lerdo y Gómez Palacio que requieren trasladarse hasta Torreón o Matamoros, se la ven más que difícil, pues el servicio de taxis, además de caro, las unidades son de pésima calidad; aunado al paupérrimo servicio de camiones de rutas que atraviesan este corredor metropolitano.

Y para calcular la estatura democrática del ejercicio ejecutado por el presidente de México, le paso datos de que son aproximadamente un millón 500 mil habitantes, lo que se registran entre estas cuatro ciudades conurbadas, y que en una concentración de no más de 10 mil ciudadanos

Que levantaron la mano, se determinó tirar a la basura dicho proyecto de movilidad urbana.

La interrogante es cómo inversionistas extranjeros van a tener confianza y certeza jurídica para traer sus capitales a un país en el que no hay un rumbo definido y donde no hay una planeación, menos una evaluación, donde proyectos suben y bajan, sin indicadores, sin estudios, sin intermediarios, más allá de las propias instituciones. Así que después del Metrobús, nada nos debe extrañar.

@ArlnContreras

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