Niños y lavado de manos
A los niños les encanta experimentar, tocar, jugar, y lógicamente se ensucian bastante. Por eso, si no se lavan las manos están trayendo millones de gérmenes consigo que pueden enfermarlos a ellos y al resto de la familia.
Cuando uno tiene las manos sucias, puede enfermarse simplemente con tocarse la nariz, la boca o los ojos, por lo que lavarse bien las manos es la primera línea de defensa contra las enfermedades en la familia: desde la gripe hasta la meningitis, bronquiolitis, influenza, hepatitis A y diarrea.
Es importante que lo hagan antes de comer, luego de ir al baño o cuando terminan de jugar, y lógicamente en cualquier momento que tengan las manos sucias y lo creas necesario.
Además, los adultos deben lavarse las manos antes de cocinar, después de limpiar la casa, luego de ir al baño, luego de tocar animales, después de cuidar enfermos y tras estornudar, toser o limpiarse la nariz. Inculcarles este hábito puede resultar difícil pero es necesario.
Las manos deben ser lavadas con agua tibia -ni fría ni caliente- y con jabón. Puedes utilizar jabón líquido o en barra, elegir algunos que vienen con formas, colores y olores divertidos ideales para incentivar a los más pequeños de la casa. No es necesario que utilices siempre un jabón antibacterial.
Es importante que los niños laven sus manos de ambos lados, entre los dedos y hasta la altura de las muñecas. Se le debe prestar especial importancia a las uñas también, ya que suelen juntar muchos gérmenes. Lo ideal es que los niños se laven las manos entre 10 y 15 segundos, luego enjuaga y seca muy bien.