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LETRAS DURANGUEÑAS

Francisco Zarco, una relectura de sus escritos literarios

Francisco Zarco, una relectura de sus escritos literarios

Francisco Zarco, una relectura de sus escritos literarios

ENRIQUE ARRIETA SILVA

Francisco Zarco, nuestro ilustre paisano, además de historiador y constituyente, fue literato, faceta ésta última poco conocida, pero en la que alcanzó también brillo y notoriedad, y que trasciende hasta nuestro días, gracias a la publicación de sus escritos literarios, que ha hizo la editorial Porrúa, en el año de 1968, con el nombre precisamente de Escritos literarios. Es mediante esta recopilación, que nos enteramos de la excelente obra literaria de Francisco Zarco, quien en algunos de sus artículos, utilizó el seudónimo de Fortún, particularmente en los más libres o más atrevidos, como lo dice su prologuista René Avilés.

Pues bien dentro de la serie de esos artículos, figuran Los retratos, El hombre eco. El joven juicioso, Un carácter franco, El aturdido, El novio mudo, El libertino, Fragilidades, ¡Pobre!, Los distraídos, El payaso y Los seres excepcionales. De ellos, escojo El hombtre eco por lo que de ameno y actual tiene.

¿Qué es el hombre eco? Francisco Zarco, dice que es aquel que sigue a ciegas el sendero que otro le señaló, es una edición viva de lo que otros han dicho.

Pensar es lo que distingue al hombre de otros animales, esa es su excelencia, su superioridad, sin embargo unas gentes piensan, otras no, es decir, abdican de la facultad de pensar. Así se tiene que éstas jamás confiesan su nulidad y se conforman con seguir a pie juntillas las opiniones ajenas o las ideas de moda. Es tal la costumbre que algunos llegan a tener de no pensar, de no tener opinión propia, que cuando por casualidad tienen una opinión suya, vacilan y se desdicen al instante con facilidad. Por ejemplo, si opina que hace calor, y si alguien les contesta que al contrario sintió frío, inmediatamente dice que parecía que nevaba y que totavía está titiritando.Si dice que fulana es bonita, y alguien les replica que tiene una boca que desagrada, le da la razón y admite que la boca la hace espantosa. El hombre eco es incapaz de sostener una discusión, porque al escuchar las ideas de su contrario las adopta como suyas.

Dice Zarco, que quien dude de la existencia del hombre eco, que se acerque a un partido político y encontrará que el que ha sido bastante hábil, bastante afortunado, o bastante inmoral para elevarse sobre los demás, y ha pronunciado unas palabras, como que este país es pobre porque es rico o que para ser independientes necesitamos un tirano o que la regeneración debe verificarse cuando no haya propiedad y se corrompan todas las familias;como él es el jefe del partido, todos los partidarios defenderán con calor estas verdades, las creerán, habrá periódicos en que se expliquen llamando bribones a quienes las contradigan y se dejarán matar y llenarán de luto a un pueblo entero para hacer triunfar una causa que consiste tal vez en una paradoja, en el delirio de un visionario, o en la ambición de un hombre nulo por los cuatro costados. ¡Y estos pobres insensatos quieren después que los adoremos como a eminentes patricios! ¡Ah! No tenemos suficientes hospitales para curarlos. Han sido sólo eco de palabras vacías, que no comprendieron jamás.

¿A cuántos hombres eco conoce usted? Estoy seguro de que a muchos.

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS hombre, Zarco,, Francisco, dice

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