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PADRES E HIJOS

Que la 'cuesta de enero' no nos cueste

Que la 'cuesta de enero' no nos cueste

Que la 'cuesta de enero' no nos cueste

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Tradicionalmente, el inicio de cada año representa un dolor de cabeza para muchas familias, en especial para los padres -papá y mamá, ambos- ya que la denominada "cuesta de enero" suele ser un lapso que, si no se está preparado en el aspecto económico, sí suele ser un problema financiero serio, pues precisamente en este periodo se tiene que hacer frente al pago de varias contribuciones obligatorias como son el Impuesto Predial y el refrendo vehicular, los cuales significan una erogación considerable ineludible para quien tiene vivienda propia (aunque se esté saldando con crédito para los próximos 30 años) y un vehículo.

Tomando en cuenta que diciembre representa una época del año en la que muchos -al menos, una importante mayoría- gastan cantidades significativas de dinero (sobre todo, el aguinaldo) en las compras de regalos, muchas veces sin medir el alcance de esos desembolsos económicos, ya cuando nos cae el veinte de todo lo que salió de nuestros bolsillos es cuando llegamos a la conclusión de que debimos medirnos en esa actitud frenética de adquirir mil artículos sin ton ni son. No obstante, generalmente, el daño ya está hecho en nuestras finanzas familiares y, lo peor, en las familiares, por lo que llega la cruda moral por esa situación.

Sin embargo, y aunque es el cuento de nunca acabar de cada año, lo cierto es que no siempre aprendemos la lección y normalmente no reservamos una pequeña cantidad de dinero para solventar precisamente esos gastos que ya sabemos que tenemos que hacer para pagar esos inevitables impuestos que el Gobierno nos cobra inmisericordemente y que no nos perdona, ya que de eso que se recauda echa mano para ejecutar obras básicas como pavimentación, agua potable y electrificación, así que no tenemos más remedio que aceptar nuestra realidad y cumplir religiosamente con esa obligación tributaria, so pena de hacernos acreedores a multas y recargos en los meses posteriores.

Por eso, si no deseamos vernos involucrados en esa penosa situación de tener que desembolsar más dinero para pagar esos impuestos de los que nadie se puede salvar, lo mejor siempre será prever cualquier contingencia y saldar puntualmente esa obligación impositiva para no incurrir en morosidad que luego nos puede costar la tranquilidad, sobre todo cuando el hecho de no cumplir oportunamente puede significar poner en riesgo el patrimonio de la familia con un posible embargo de bienes que con mucho sacrificio hemos adquirido con el paso de los años.

Debido a esta y otras razones, la llamada "cuesta de enero" es una época del año para la que algunas personas no se preparan, lo cual les obliga a tener que recurrir a préstamos extraordinarios por los que hay que pagar elevados intereses, sobre todo si se recurre a instituciones bancarias o a agiotistas que abusan de la necesidad de quienes cayeron en sus garras, empujados por la desesperación y la angustia de saldar a como dé lugar esos compromisos con el Gobierno y para los que no siempre hay salida, a menos de que se firme algún convenio para solventarlos en plazos más o menos cómodos y accesibles.

Empero, muchos se preguntarán qué se puede hacer para no caer en el mismo círculo vicioso de cada año, en el que inevitablemente se hunden por no ser previsores. Precisamente ahí está la clave del asunto, en ser más mesurados e inteligentes cuando se trata de gastar en regalos durante diciembre, pues si no reparamos en cada peso que sale de nuestros bolsillos, si no vigilamos nuestra situación financiera, difícilmente nos sobrará ese dinero que necesitamos para cubrir esas obligaciones tributarias de las que no podemos escondernos ni hacer de cuenta que no existen.

Tenemos que ser más prudentes, amable lector(a), ya que como cabezas de una familia tenemos a cuestas la enorme responsabilidad de velar por la estabilidad económica de quienes confían en nosotros para hacer que este barco llegue a buen puerto y supere sin contratiempos esa "cuesta de enero" que muchos no pueden subir porque no supieron cómo prepararse para afrontarla con todo lo que representa desembolsar recursos económicos que sólo se pagan una vez al año pero que pueden desestabilizar las finanzas domésticas si no se toman las medidas necesarias.

Debemos ser conscientes de que cada peso que ingresa al hogar debe ser utilizado para el bienestar de la familia, de tal forma que si planeamos con inteligencia y racionalidad cómo se debe gastar el sueldo de cada uno de los integrantes del hogar, seguramente, siempre habrá recursos económicos que nos sirvan de reserva para afrontar ese pago de impuestos que no tienen por qué significar un dolor de cabeza si se dispone de ese "guardadito" para solventarlos.

Como reflexión final, habría que enseñarles a los hijos que el ahorro es un hábito de lo más importante ya que nos ayuda a contar con dinero para afrontar desde gastos inesperados hasta cumplir con un propósito para comprar determinado artículo ya sea para uso personal o de utilidad para toda la familia.

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