CANATLÁN, DGO.- De seguir las recomendaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) los resultados en la producción de manzana serán más favorables, ya que en otros años, de manera irresponsable, algunos fruticultores aplican los compensadores de frío fuera de tiempo y en cantidades inadecuadas.
El año pasado fue de los más bajos en acumulación de horas-frío, con 148 unidades; sin embargo, se obtuvo una producción de 1.5 millones de rejas de manzana, aunque fue una cosecha heterogénea, es decir algunos empezaron el corte del fruto en julio, otros en agosto y unos más hasta finales de septiembre, debido a la irregularidad en la aplicación de compensadores de frío a destiempo y en medidas no recomendadas.
Las recomendaciones del INIFAP se difunden en todo el sector frutícola de Canatlán y Nuevo Ideal, pero no todos las acatan, algunos erróneamente aplican menos citrolina y demás elementos químicos a fin de ahorrarse y eso les resulta contraproducente a la economía de los mismos fruticultores, se roban a sí mismos, tal como lo señalan los técnicos e investigadores como el maestro en ciencias Manuel González Portillo.
Alfredo Alvarado Bueno, dirigente de la Unión de Fruticultores, señaló que el año pasado fue de los más bajos en acumulación de unidades frío.
Este año se lograron en Canatlán y Nuevo Ideal 420 unidades frío, lo óptimo son mil 200, pero ya con 800 se logra buena producción; por lo tanto, desde finales de febrero y principios de marzo empezaron los productores a aplicar los compensadores de frío.
Sería ideal que todos los fruticultores siguieran las recomendaciones del INIFAP a fin de mejorar la productividad en las siete mil 500 hectáreas de la región, y de esa manera obtener un fruto de calidad, es decir, color, tamaño y sabor.
Se previenen contra el tizón de fuego
Antonio Ruiz Canaán, presidente de la Integradora Estatal de Productores de Manzana, informó que entre las recomendaciones destacan podar y mantener limpios los huertos, así como evitar inundar el terreno en la etapa de floración, para impedir la presencia de plagas y bacterias como el tizón de fuego.
La enfermedad del tizón de fuego ha diezmado en varias ocasiones la fruticultura de Chihuahua y en Durango ya empezó a hacer presencia desde 2004 en que afectó el 80 por ciento de la producción en la zona de La Cañada.
Por eso hoy se reunirán productores y funcionarios de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, entre otros, para establecer estrategias y prevenir el daño de esa bacteria, concluyó Ruiz Canaán.