Manejar durante la noche implica un riesgo tres veces mayor que hacerlo con luz de día debido a factores como la fatiga ocular y la somnolencia. Asimismo, la oscuridad puede esconder obstáculos que en otras condiciones no representan peligro; nunca está de más extremar precauciones y reducir las probabilidades de sufrir un accidente.
Un gran número de automovilistas prefieren conducir de noche porque aseguran que es mucho más cómodo evitar el tráfico y el ruido de las horas pico. Sin embargo, las estadísticas demuestran que es precisamente en este lapso cuando aumentan los riesgos de padecer un percance.
Esto se debe principalmente a que el campo visual se limita al alcance de las luces; además intervienen factores como la edad, el cansancio, el influjo de sustancias y las limitaciones ópticas propias de cada conductor.
A continuación, enlistamos una serie de sencillos consejos que no representan mayores complicaciones pero que resultan útiles si debes manejar de noche:
- Asegúrate de que todas las luces funcionan adecuadamente y que apuntan en la dirección correcta. Limpia las superficies acristaladas y retrovisores para eliminar el polvo, barro o los restos de insectos que puedan dificultar la correcta iluminación.
- Inspecciona el nivel del líquido del lavaparabrisas; antes de accionar este dispositivo, reduce la velocidad y espera a que no vengan coches de frente debido a que entre el chorro del líquido y el mezcla que se forma con el polvo, la visión puede quedar reducida a nada durante unos segundos.
- En cuanto lo consideres pertinente ?aunque aún no oscurezca del todo?, enciende las luces. Tal vez tu camino no quede completamente alumbrado, pero esto servirá para que los demás conductores te vean a la distancia.
- Reduce, en la medida de lo posible, la intensidad de la luz del tablero porque entre mayor iluminación exista en el interior del auto, peor se ve la carretera.
- Cuando tengas oportunidad, utiliza las luces altas para aumentar la distancia de visibilidad. No obstante, recurre a las luces bajas cuando haya tráfico intenso para que no deslumbres a los demás conductores.
- Si el deslumbrado eres tú, entonces lo único que puedes hacer es aminorar la velocidad y voltear la mirada hacia la línea derecha de la carretera, muy cerca del coche.
- Pide a los otros pasajeros, si es que tienes acompañantes, que actúen como ojos adicionales en las curvas, colinas, declives y para ubicar objetos olvidados o animales sobre la carretera.
- Debes ser capaz de detener totalmente el vehículo dentro del campo de iluminación de los faros. Por lo tanto, se recomienda no superar los 90 km/h.
- Mantén una distancia de seguridad no inferior a los tres segundos con respecto del coche que va delante de ti.
- Procura activar el aire acondicionado en temperatura fría para que alejes la sensación de somnolencia.
- Considera que durante la noche, en particular los fines de semana, el número de conductores ebrios aumenta considerablemente y aunque tú seas precavido el riesgo está presente. Conduce a la defensiva y evita los vehículos que van de un lado a otro de la carretera.
- Ten precaución al llegar a los semáforos; considera que en la madrugada, la mayoría de los automovilistas se los pasa, aún estando en luz verde.
- Finalmente, lo ideal es que evites viajar de noche. Sin embargo, si el trayecto está planeado con anticipación, lo más recomendable es descansar y dormir previamente, así como hacer paradas continuas para despejarte y tomar un poco de aire fresco.