GUANACEVÍ, DGO.- A su corta edad, la necesidad lo llevó a buscar trabajo debajo de la tierra, lugar donde fue atrapado y muerto, al correr con la misma suerte que varios compañeros de oficio en Santiago Papasquiaro y Canelas.
La noche del martes, un minero de apenas 22 años de edad perdió la vida sepultado bajo toneladas de tierra, en un percance catalogado como trágico en el reporte de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Alberto Barraza Santillanes, quien se desempeñaba como obrero en la Mina Santa Cruz, en el municipio de Guanaceví, fue aplastado por toneladas de tierra al registrarse un derrumbe en uno de los tiros del yacimiento.
Los hechos ocurrieron al filo de las 20:00 horas, cuando se suscitó el accidente de fatales consecuencias, pues a pesar de que casi al instante de que el resto de los trabajadores de la mina se percató de los hechos se apresuraron a prestar auxilio a su compañero de trabajo, pero ya nada pudieron hacer.
Esfuerzos inútiles
Pese a los esfuerzos, las tareas de rescate no evitaron la muerte de Alberto, quien debido a la gran cantidad de tierra que le cayó encima perdió la vida casi de inmediato.
Aún a sabiendas de que la búsqueda podría no rendir los resultados esperados, los mineros se abocaron a remover la tierra de forma rápida por lo que finalmente quedó al descubierto el cuerpo del joven minero, pero ya sin vida.
El muchacho había dejado de existir víctima de asfixia y múltiples golpes que le produjo la pesada carga de material que le cayó encima cuando maniobraba en el tiro de mina.
El hoy occiso tenía su domicilio en el poblado San Pedro del Mineral, municipio de Guanaceví, y tenía poco menos de tres años de trabajar en esa minera que finalmente se convirtió en su tumba, tras el fatal accidente.