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Libertad Hernández Landa

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MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

El texto fue publicado en mayo pasado en el espacio periodístico de la red Pasillos del poder, de César Augusto Vázquez Chagoya, periodista que ha tenido larga trayectoria en la prensa veracruzana, especialmente en el sur de la entidad. Como la información se produjo en el fragor de la contienda por la gubernatura, había que tomarla con un grano de sal, porque podría ser parte de la guerra sucia que los participantes en el proceso electoral libraron sin límite. Pero una vez concluida la batalla política, aunque estén por resolverse las impugnaciones de Miguel Ángel Yunes Linares al triunfo de Javier Duarte de Ochoa, que se ventilan ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, importa difundir la acusación contra el ex candidato panista, directamente lanzada por Fidel Cuéllar Cázares, quien era secretario particular de la doctora Libertad Hernández Landa, asesinada con saña en la Ciudad de México el 6 de agosto de 1998. Cuéllar Cázares escribió su denuncia y grabó un video, colocado en el sitio del periodista Vázquez Chagoya. Sólo uno de los comentarios de quienes se impusieron del tema allí pone en duda la autenticidad del testimonio, aduciendo que conocía al declarante y su voz no correspondía a la que él identificaba. Hasta donde puedo registrar, Yunes Linares no reaccionó frente a los graves cargos de Cuéllar Cázares.

En el momento de su muerte, la doctora Hernández Landa era directora del Programa de la mujer en el Gobierno de Veracruz, encabezado por Patricio Chirinos, y del que hasta el año anterior había sido secretario de Gobierno Yunes Linares, que había dejado su cargo para presidir el comité estatal del PRI en elecciones que fueron desastrosas para ese partido. Antropóloga social, en ese momento gobernadora del Club Rotario, la doctora Hernández Landa era sumamente apreciada en Xalapa y en todo el estado. Dos meses antes de su muerte había anunciado que denunciaría una red de prostitución infantil y abuso sexual que había descubierto y documentado. Era un tema que la preocupaba desde que encabezó un organismo no gubernamental llamado Alternativa callejera. En sus declaraciones a los medios, la funcionaria dijo que en la red que pronto denunciaría participaban importantes empresarios, funcionarios y políticos veracruzanos. Comprobaría sus dichos con testimonios de las víctimas, a los que su secretario particular tuvo acceso después de muerta su jefa, algunos de los cuales acompañaron su revelación.

Tras su presentación ante la prensa, la doctora Hernández Landa recibió amenazas anónimas, que le provocaron temor, y que comunicó a su esposo, el doctor Luis Rodríguez Gabarrón y a su secretario particular, a quien pidió la acompañara constantemente. El 22 de junio de 1998, desayunando ambos en un restorán jalapeño, se apersonó en la mesa Yunes Linares, quien hizo a la funcionaria un pedido, advertencia o amenaza. Según Cuéllar Cázares, las palabras de Yunes fueron: "Mira Liber, tú eres de las mujeres más valiosas e inteligentes del estado. No andes declarando que aquí en Veracruz y principalmente en Xalapa hay prostitución infantil, ya que ese tipo de declaraciones perjudican la imagen del Gobierno y de sus gentes".

Ante la respuesta de la doctora Hernández Landa, que se sostuvo en su dicho, Yunes "se enojó muchísimo, se puso rojo rojo y, muy molesto," pidió a su interlocutora "que no se atreviera a involucrar a personalidades de la política y a empresarios, ya que si lo hacía se atuviera a las consecuencias, que podían ser graves para ella y su familia". Cuando Yunes se retiró, la funcionaria dijo a su secretario particular, según el testimonio periodístico rendido por éste en mayo: "creo que Miguel Ángel Yunes va a querer hacer algo en contra mía o de mis hijos, ya sabes que es un tipo muy violento y agresivo, está loco y es capaz de todo, seguramente ya sabe que tengo datos de que él y su gavilla han hecho actos deshonestos con menores de edad". Ese mismo día, la doctora Hernández Landa habría hecho ese comentario a su esposo, a su hermana María Anelú, a Dulce María Sauri Riancho, entonces directora nacional del Programa de la Mujer y a la representante del UNICEF en México.

El 6 de agosto la funcionaria viajó a la Ciudad de México. Asistiría a un seminario organizado por el DIF nacional, en la cancillería (entonces todavía en Tlatelolco) y acudiría a recibir en el aeropuerto internacional a su hijo Ruy, que volvía de España. Él se quedó esperándola en la terminal aérea, hasta que decidió marcharse solo. Al día siguiente fue hallado el cuerpo de su madre, asesinada cruelmente, con huellas de violación y de tortura.

Cuéllar Cázares se ausentaría de Veracruz tras el asesinato de su jefa, atemorizado porque él mismo sufriera un ataque semejante. Antes de cerrar su expediente laboral, pretendió agilizar la investigación en la Ciudad de México y el fiscal responsable de la averiguación lo disuadió advirtiéndole tener conocimiento de que "había gente importante de la política en Veracruz" inmiscuida en el crimen. Le informó también que la doctora Hernández Landa había sido llevada por la fuerza a un vehículo con placas de esa entidad, que había sido robado. De vuelta en Veracruz, cuando ultimaba la entrega de su empleo, a la dirección del Programa de la mujer se presentó Yunes Linares, que habría sustraído del privado de la extinta funcionaria documentación. Ante la protesta de Cuéllar Cázares, Yunes Linares lo amenazó: "si no me callaba me podría pasar lo que a ella".

Escrito en: Yunes, Hernández, doctora, Landa

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