La cúpula empresarial de México expresó hoy su insatisfacción con el paquete fiscal que ha avanzado en el Congreso, aunque admitió su utilidad para el momento actual siempre que se complemente con un adecuado presupuesto de gasto.
"Aunque no el ideal, queda un paquete fiscal que puede funcionar a corto plazo en función de las necesidades y circunstancias del 2014, siempre que se complemente con un presupuesto público a la altura y que se ejerza con oportunidad, dirección, eficacia, transparencia y rendición de cuentas", señaló el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
En su órgano de difusión, el CCE hizo un balance de las discusiones sobre la reforma fiscal que presentó el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 8 de septiembre, que fue aprobada con numerosos cambios por la Cámara de Diputados y se encuentra en proceso de discusión en el Senado.
Los dirigentes empresariales reiteraron su demanda para que se corrijan algunos aspectos que, a su parecer, son negativos para la economía y el desarrollo del país.
Entre esos aspectos señalaron la eliminación de la deducibilidad de prestaciones a trabajadores, lo que "implicaría un encarecimiento de la nómina hasta un 7 %, lo que afectaría otras prestaciones e incluso (implicaría) despidos de trabajadores".
"La tasa sobre dividendos, sumada a la vigente en ISR, cargas como el PTU (Participación de Trabajadores en las Utilidades) y la eliminación de deducciones, nos deja en posición de gran desventaja para atraer más inversiones", señaló el organismo empresarial.
También expresó su preocupación por el aumento del IVA del 11 % al 16 % en las zonas fronterizas, así como el impuesto a las bebidas y alimentos "con alto contenido calórico", gravámenes que calificaron de "inequitativos, discriminatorios y regresivos".
Aseguraron que el impuesto a los llamados "alimentos chatarra" no resolverá el problema de obesidad sino que fomentará la economía informal y el consumo de productos más difíciles de controlar.
"El balance que se perfila hasta ahora deja muchas inquietudes y pendientes", dijeron los líderes empresariales, y valoraron positivamente la eliminación de dos impuestos, así como la aprobación de la pensión universal y el seguro de desempleo.
Advirtieron que se deben tomar medidas para que no queden sólo en compromisos o que generen distorsiones que agraven el problema de los pasivos por las pensiones.
Señalaron que no fue una reforma profunda para resolver los problemas estructurales, y afirmaron que habrá que enfrentar ese reto más tarde. "Hay que asegurarnos de no perder el rumbo y la obsesión por el crecimiento que necesita México", acotó el CCE.