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Facebook y Twitter te hacen más feliz

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Gaby Vargas

¿Te imaginas poder generar a voluntad y de manera consciente la hormona que te hace sentir feliz, y además hacerlo de forma inmediata? ¿Qué pasaría con nosotros si fuéramos capaces de esto? Por supuesto nos sentiríamos mejor y nuestras relaciones serían más nutritivas y sanas; paralelamente, nuestra salud estaría en óptimas condiciones y tendríamos una vida sexual más activa. Asimismo, como dicha hormona provoca que la fidelidad de la pareja aumente, que seamos más generosos, más abiertos, más empáticos y que confiemos más en los demás, nuestra vida daría un giro de 180 grados.

Aunque lo anterior suena como un experimento tomado del libro Un mundo feliz, de Aldous Huxley, es una realidad. Esa hormona maravillosa a la que me refiero es la oxitocina, su existencia nos afecta en niveles quizá insospechados, porque entre más felices somos, el mundo se vuelve un mejor lugar para vivir. ¿Por qué? Porque la oxitocina, además de brindar beneficios personales, puede llegar a incidir en la economía de un país.

Todo lo anterior lo sabemos gracias a los estudios del neuroeconomista Paul J. Zak, de la Claremont Graduate University, publicados en su libro La molécula de la felicidad, producto de diez años de experimentos.

¿Qué tiene que ver la felicidad con la economía?, te preguntarás. La respuesta es: mucho. La confianza entre las personas es clave para que haya más negocios, mayor progreso, mejores gobiernos, más abundancia y mejor infraestructura, por ejemplo.

Zak encontró que los países con altos niveles de confianza como Noruega, Suecia, Dinamarca y Estados Unidos, tienen ingresos más altos y gobiernos más estables que aquellos en los que no hay confianza. Lo anterior por el simple hecho de que las interacciones entre los ciudadanos son positivas, hay bajos índices de criminalidad, mejor educación y desarrollo económico. Por lo anterior, concluyó que la confianza es la variable para que una sociedad funcione bien. Si hay confianza, la economía despega.

Por el contrario, ¿qué sucede cuando no liberamos oxitocina de manera adecuada? En esos casos, las personas viven más estresadas, el nivel de corrupción aumenta, los estándares morales decaen, se pueden presentar conductas psicópatas y, muy probablemente, se debiliten los lazos afectivos.

Los primeros recuerdos que tengo de haber escuchado hablar de la existencia de dicha hormona, se remontan a cuando mis tres hijos nacieron, pues la secreción de la misma estimula el parto y es la que provoca la estrecha afiliación entre mamá y bebé. En este sentido, de acuerdo con Zak, la oxitocina es el pegamento social que une a familias, comunidades y sociedades.

Más asombroso es que Zak descubrió y comprobó científicamente que la oxitocina es también la razón por la cual buscamos conectarnos con frecuencia a Facebook, Twitter y otras redes sociales, ya que al hacerlo se dispara la producción de la hormona del bienestar, de la misma manera que si la conexión fuera física y personal.

¿CÓMO PRODUCIR OXITOCINA?

Es muy fácil: ten relaciones sexuales, da ocho abrazos al día -aun a extraños-, ve una buena película de contenido emocional, canta, baila con tu pareja, comparte una aventura emocionante, sal a caminar con alguien, convive con tus amigos, da mucho amor y, por último, sí, conéctate a las redes sociales.

Twitter: @gaby_vargas

Escrito en: hormona, confianza, manera, oxitocina

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