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Una mirada al mundo del coleccionismo

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Una mirada al mundo del coleccionismo

Una mirada al mundo del coleccionismo

Liliana Salomón Meraz

Casi todos los seres humanos, por naturaleza, cuando somos niños tenemos la costumbre de coleccionar, por lo general, juguetes (muñecos, canicas, balones), así como insectos o todo aquello que nos llame la atención. En la edad adulta, quienes se quedan con esa afición, su gusto puede estar encaminado a coleccionar ya sea timbres, monedas, antigüedades, cámaras fotográficas, libros, entre muchos objetos más, que no pocas veces los pueden sacar de algún apuro económico.

Nada menos, en algunas ocasiones, hemos sido testigos por medio de las noticias, de cómo alguna gente exagera en su gusto por las colecciones que van desde autógrafos de artistas, latas de Coca Cola, botellitas de aceite y vinagre, figuras de comics, insignias; hasta rarezas, como mechones de cabello de celebridades, papel higiénico y patitos de hule.

Y es gracias precisamente a esta gente aficionada a coleccionar, que el común tenemos la oportunidad de conocer de cerca diferentes objetos con valor histórico que se encuentran en los museos de historia o casas de antigüedades. Si todos ellos hubieran pensado como el común, seguramente todo aquello que hoy admiramos, hubiera terminado en el basurero.

¿Qué es el coleccionismo?

Es una afición que consiste en la agrupación y organización de objetos de una determinada categoría. Como el coleccionismo depende de los gustos de cada persona, algunos se centran en un aspecto particular de un área más amplia (como las monedas de oro españolas), mientras que otros buscan una mayor amplitud (como las monedas de todos los países).

En la Prehistoria (sobre todo en el neolítico) se guardaban los objetos por su extrañeza, en cuanto a materiales, formas, colores tamaños… y siempre lo hacían en lugares recónditos y de difícil acceso. En este momento también se hacían como ajuar funerario y así esas colecciones pasaban a tener un significado simbólico. Normalmente, los objetos que enterraban junto al difunto le habían pertenecido en vida. En Egipto y Mesopotamia, los que compilaban eran los más poderosos: monarcas, nobleza, sacerdotes… y aunque continuaban guardando todas esas colecciones de objetos preciosos en las tumbas, no eran tanto de carácter civil, sino más para el culto religioso.

En la época de la antigua Grecia se toma importancia de la historicidad del objeto. Es a partir de Grecia cuando conocemos los primeros nombres de artistas de la Antigüedad (Lisipo, Praxíteles, Fidias…) y la moda imponía una serie de estereotipos muy queridos por la sociedad griega, véase: belleza, armonía, técnica y material (mármol y bronce sobretodo).

En éste ámbito el objetivo del coleccionismo era la ostentación del poder político y cultural, así pues, se podrían encontrar sus colecciones en los templos y en los palacios, en lugares de difícil acceso. Pero al contrario que en las civilizaciones anteriores, los coleccionistas griegos exponían sus obras una vez al año para que el pueblo pudiera admirar su poder.

Los romanos imitaron las prácticas griegas y lo hicieron de tal modo que aparece la figura de un personaje importante en la historia del Mercado del Arte: el marchante. Estos eran expertos en el arte griego y se encargaban de ser intermediarios en su compra/venta.

Aparte del arte griego y extranjero, también tienen gran importancia las reliquias obtenidas en los expolios de guerra. En Roma normalmente las obras estaban en manos privadas y se podían vender y exponer, es aquí cuando surge el fenómeno de la subasta que ha llegado hasta nuestros días (Etimológicamente, subasta viene del latín: sub hasta = bajo la lanza. Se vendía el botín de guerra en una plaza con permiso del emperador. Cuando alguien lo adquiría colocaban la lanza sobre el botín). Asimismo, los botines de guerra eran vías para el coleccionismo en Roma.

Edad Media

En esta época los grandes coleccionistas serán los reyes, los altos dignatarios y los sacerdotes. Controlarán y gestionarán las formas y los medios para hacer el arte.

La nobleza, la aristocracia y el clero coleccionaban porque estos objetos representaban lo que no vemos, el más allá; el poder y el prestigio. Esto último es lo que dará lugar al coleccionismo acumulativo, es decir, cuanto más grande sea la colección y mejor calidad tengan los objetos, más prestigioy poder tendrá el coleccionista. Tal y como sucede hoy en día.

Renacimiento

En esta época, se coleccionaban objetos raros, extraños, de diferentes orígenes; antigüedades de carácter histórico y objetos científicos. Normalmente estos objetos se guardaban en lugares específicos, de ahí que nazcan los espacios privados adecuados para las colecciones como el “studiolo”. Este es un refugio íntimo e intelectivo, lugar de estudio para el perfecto humanista que demuestra interés por las artes y la cultura, además de la política.

El Barroco

Ya en el siglo XVII, las clases sociales son las que tendrán más fuerza acerca de los gustos de la sociedad. La iglesia será la que marque tendencia dentro del arte religioso, tanto católico como protestante y de esta manera, tendría una vía para el control de la sociedad; la monarquía copiará a la Iglesia aunque los artistas más importantes son los que están al servicio del Rey (como Velázquez). En esta época se desarrollan las ventas públicas y surgen las primeras casas de subasta. Las más conocidas e importantes actualmente son: Christie’s y Sotheby’s.

En el Barroco también aparecen los primeros museos que reafirman los valores nacionales de la historia, aunque son de carácter burgués y podían ser tanto institucionales como públicos. Del mismo modo hacen aparición las primeras galerías de arte, que son cámaras estudiadas (preparadas para la exposición de una obra artística) y privadas. Se hacían públicas para exponer y exhibir en un orden y había mucha variedad en cuanto a la calidad y el precio; maestros y artistas; originales y copias; dimensiones diversas…

Desde mediados del siglo XVIII en Europa, surge el gusto por los productos naturales: de ahí que empiecen a formarse museos privados de Ciencias Naturales. Algunos museos con estas características son: Museo de la Ciencia de Londres, Museo de la Ciencia y de la Industria de Londres (1933), y Deutsche Museum de Munich, entre otros.

En conclusión, el coleccionismo es la imagen material de la memoria del hombre, de su pasado, del esfuerzo por conservar las vivencias y los vestigios de la humanidad. Las colecciones, sea cual sea su tipología, siempre llaman la atención y son rareza dentro del género periodístico, por sus características tan particulares.

Para conocer más sobre la cultura de Durango los invito a visitar mi blog: http://durangomagicocultural.blogspot.mx

Escrito en: objetos, coleccionismo, colecciones, museos

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