Cinco años de una UJED sin autonomía
"En memoria del maestro Alberto Terrones, la maestra Guadalupe Flores y el abogado Eduardo Bravo Campos".
Hoy se cumplen 5 años del nefasto día en que el entonces Diputado Benítez Ojeda
encabezara la estocada que todos los legisladores locales del PRI, del Verde y del PANAL
emprendieran contra la Universidad Juárez del Estado de Durango al violar desde el
congreso flagrantemente su autonomía universitaria.
Es preciso recordar que al tiempo que se presentaba la iniciativa para cambiar la Ley
Orgánica de mi Alma Mater EN PLENO PROCESO ELECTORAL, un grupo de la FEUD
perfectamente identificado llegó encapuchado al estilo del Ku klux klan al edificio central,
fortalecidos por granaderos y policías vestidos de civil a tomar las instalaciones y a
desalojarlas, sacando a empujones y bajo la intimidación de las armas a las entonces
autoridades universitarias.
Comandados por el mal ejemplo de Jesús Cabrales, – ahora premiado con el cargo director
de los COBAED en el estado- los de la FEUD se dirigieron más tarde al congreso local
desencadenando una trifulca contra sus propios catedráticos y compañeros, tan sólo porque
el mal líder universitario los condujo con desinformación y promesas que la gran mayoría
de ellos jamás vieron cumplirse. Existe una imagen elocuente del momento donde el
pseudo dirigente de la FEUD fue amagado por un administrativo de la universidad en el
momento que lanzaba manotazos contra sus profesores en la máxima tribuna del Estado.
Ésta imagen dio la vuelta al país y exhibió a nuestra UJED por lo peor que teníamos
mostrándonos como universidad de quinto patio cuando no lo éramos; cuando en ese
entonces nos encontrábamos entre las mejores 10 universidades públicas del país y cuando
la comunidad de la UJED gozaba del 98% de la aprobación de la sociedad civil.
Una rectora ilegítima fue nombrada por el congreso con el visto bueno del gobernador en
medio de la madrugada, puesto que el cochinero que esto implicaba no les permitió hacerlo
en ningún recinto universitario a la luz del día. Posteriormente, el gobierno reconoció que
había existido una clara violación a la autonomía y fingió restituirla concediendo a un
consejo universitario amañado la posibilidad de nombrar un nuevo rector. En aquel día, se
propuso una terna para ser votada frente a un consejo sin quórum integrado más por
estudiantes acarreados que por consejeros y más por oficinistas enviados exprofeso que por
verdaderos universitarios (incluso se solicitó al IFAI la lista de asistentes a esa sesión de
consejo reiteradamente y las autoridades ilegítimas de la UJED prefirieron pagar multas
antes que transparentar dicha información), en una tarde negra donde la ilegalidad se
consumó a puerta cerrada, al mismo tiempo que, por otro lado, en la plaza IV Centenario
se congregaban más de 5,000 universitarios que exigían que el proceso electoral en curso
continuara y que la autonomía fuera respetada. Así, mientras un grupo de universitarios
presenciaban la faramalla en que dos de los integrantes de la terna declinaban
anodinamente a favor de Luis Tomás Castro en el consejo de la encerrona resguardada por
granaderos dentro del edificio central – que más tarde transformaran los golpistas en una
borrachera y comilona que le costó la mano y parte del brazo a la escultura de Francisco
Zarco que resguarda el auditorio universitario- afuera otro grupo de universitarios
protestaba pacífica pero intensamente por un derecho de raigambre constitucional que tiene
su justificación en la importancia social, científica y cultural de la universidad.
El resto es historia: La saña de un grupo político en el poder contra el Rector Calderón
Luján pudo más que el sostenimiento de la legalidad y que el amor que los participantes en
el golpe dijeron sentir por nuestra máxima casa de estudios. Muchos compañeros
estudiantes que participaron en el bando de la FEUD hoy se muestran públicamente
arrepentidos de haber solapado sin saberlo lo que hoy padece nuestra universidad. También
muchos catedráticos y universitarios que arrastrados por la ambición o la amistad con los
cabecillas del movimiento de violación hoy se sienten utilizados y la gran mayoría fue
‘sacada de la jugada’, así mismo, el diputado que fue utilizado para promover el ilegal
cambio a la ley orgánica.
El resto trata de no pronunciarse al respecto y muchos de ellos – hay que decirlo- tratan de
‘echarle ganas’ para que la universidad salga adelante a pesar de que la autonomía en la
UJED resplandece por su ausencia y se refleja en cada maestro improvisado que entra por
recomendación y no por concurso; en cada porrito de aquel entonces que hoy simula dar
clases y cobra como catedrático. La falta de autonomía se nota cuando de estar entre las 10
mejores, hoy seguimos estando entre las 3 peores universidades del país. No ser autónomos
se refleja cuándo hay profesores y alumnos que promueven año con año desde la
universidad, con los autobuses de la misma, viajes al cerro del cubilete para asistir a
ceremonias confesionales y se resiente cuando se busca suprimir los programas en vivo de
radio UJED por miedo a que se digan cosas ‘incómodas’ al aire o cuando te censuran las
entrevistas en el canal de TV universitario. Nos falta la autonomía cuando los maestros
tienen miedo de hablar mal del PRI o del gobierno o de controvertir la existencia o
inexistencia de una u otra fe en el aula dónde debería de existir sí o sí la libertad de cátedra.
A 5 años de no tener autonomía, muchas heridas han cicatrizado para bien, pero el mal
sigue latente. La cepa universitaria se renueva y es momento de sembrar en esos nuevos
defensores de la UJED la noción histórica de que nuestra Alma Mater ha pasado por
muchas convulsiones cuyas consecuencias sólo podrán revertirse con el trabajo de todos.
Urge que se restituya la autonomía, permitiendo que más allá de los credos, las
convicciones políticas o los intereses personales, la Universidad pueda volver a ser la
fuente de la que emanen los mejores profesionales éticos de nuestro estado y de nuestro
país, con la conciencia crítica que les impida permanecer en las aulas para tan sólo obtener
un título universitario, sino que los conmueva a contribuir al bienestar progresista de los
duranguenses, con humanismo y responsabilidad de cara al futuro. Nuestra amada
universidad no puede permitirse seguir imprimiendo estudiantes reciclados, sin conciencia
propia de la realidad que enfrentarán inexorablemente al concluir sus estudios. LA UJED
necesita volver a ser una de las 10 mejores universidades del país y para eso se necesitan
mejores administrativos, mejores estudiantes y mejores maestros y para todo ello, es
imprescindible la autonomía.
A DEBATE.- ¿Hasta cuándo sobrevivirá la UJED pública y laica sin ella?
CONVOCATORIA.- El 2 de octubre el Frente Universitario en Defensa de la Autonomía
organizará una protesta cultural muy oportuna. Los esperamos a las 11 am en el auditorio
de la Librería Ochoa en Dolores del Río esq. con 5 de Febrero.
Twitter: @mar_grecia