Moscú (EFE).- Un niño ruso de 12 años vivirá con una bala incrustada en su corazón, informaron hoy cardiólogos de la ciudad de Apsheronsk, región meridional de Krasnodar.
El muchacho recibió un balazo en el pecho cuando jugaba con su hermano menor con una escopeta en casa, dijo un portavoz del hospital de Krasnodar a la agencia Itar-Tass.
La bala, incrustada en los músculos del ventrículo izquierdo del corazón del chico, no impide el funcionamiento del órgano vital, y por está razón, los médicos decidieron no extraer la bala para no complicar la recuperación del paciente.