Un día como hoy

1887: Nace Gregorio Marañón, destacado por sus invaluables aportes a la ciencia, la medicina y el humanismo

UN DÍA COMO HOY...

NOTIMEX

Por sus invaluables aportes a la ciencia, la medicina y el humanismo, el médico, historiador y académico español Gregorio Marañón y Posadillo, autor de obras como Amiel. Un estudio sobre la timidez y Tiberio. Historia de un resentimiento, por mencionar algunas, es recordado a 130 años de su nacimiento, ocurrido el 19 de mayo de 1887.

Destacó como intelectual y hombre comprometido con el destino de su país, participó en muchos de los acontecimientos culturales, sociales y políticos más importantes de su tiempo y como humanista trató una pluralidad extraordinaria de temas, por los que discurrió su grandísima curiosidad intelectual y humana, apunta la Academia de la Historia,

Fue académico de número de cinco de las ocho Reales Academias de España -de la lengua, de la Historia, de las Bellas Artes, Nacional de Medicina y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales-.

Gregorio Marañón y Posadillo nació en Madrid, España, en el seno de una familia compuesta por el jurista Manuel Marañón Carmen Posadillo, vino al mundo junto a un hermano gemelo que falleció a los tres meses y poco después perdió a su madre en la complicación del parto, señala la página gregoriomaranon.enarte.es.

Estudió en la Facultad de Medicina de Madrid, y obtuvo el grado de licenciado en 1909 y el de doctor en 1910. Entre los profesores que influyeron en su formación destacan Federico Olóriz (anatomía), Santiago Ramón y Cajal (histología), Alejandro San Martín (patología quirúrgica), señala el portal “Biografíasyvidas.com”.

Marañón se inclinó por el estudio de la endocrinología, los síndromes tiroideos y los pluriglandulares. En 1910 hizo investigaciones quimioterápicas en Frankfurt y de regreso a España comenzó a trabajar en el Hospital General de Madrid en 1911.

Pensó que la endocrinología había nacido como disciplina autónoma y el conjunto de saberes lo presentó al público español en La doctrina de las secreciones internas, que fue, en principio, un curso dado en el Ateneo de Madrid en 1915.

Marañón desarrolló su versión de la teoría endocrinológica en la siguiente década, fundamentalmente en su libro sobre el climaterio “La edad crítica”, publicado en 1919, y en su discurso de recepción en la Academia de Medicina titulado “Problemas actuales de la doctrina de las secreciones internas”.

Marañón defendió la organoterapia; realizó un gran número de aireados trasplantes de cápsulas suprarrenales y gonadas; se interesó en los métodos de rejuvenecimiento de Eugen Steinach y Serge Voronoff y puede ser considerado como uno de los fundadores de la gerontología en España.

Su interés clínico se extendió al campo de la sexualidad. Llevó a cabo investigaciones sobre la pituitaria, las suprarrenales, las paratiroides y, fundamentalmente, sobre el tiroides, glándula a la cual dedicó más de 40 trabajos.

En 1931, Marañón fundó el Instituto de Patología Médica y resultó elegido diputado para las Cortes Constituyentes republicanas. Un año después fue nombrado sin oposición catedrático de Endocrinología.

A finales de 1936 tuvo que abandonar España a causa de la guerra civil, se instaló en París, Francia, hasta 1943, fecha en la que regresó a Madrid. A su vuelta, su reaparición pública tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad, donde pronunció una conferencia.

Otra de las inquietudes de Marañón fue la escritura, destacó en el campo del ensayo, la biografía y la historiografía. Laín Entralgo, su más señalado biógrafo, ha destacado de su figura tres facetas: la de médico, la de historiador y la de moralista.

Entre sus obras destacan Las ideas biológicas del padre Feijoo (1934), Vocación y ética (1935) o El médico y su ejercicio profesional en nuestro tiempo (1952), aunque lo principal de su obra literaria son las biografías en las que caracteriza a diversos personajes históricos, convirtiéndolos en emblemas de una época y en prototipos de un carácter.

Otras obras suyas son Enrique IV de Castilla y su tiempo (1930, reeditado en 1941 como Estudio biológico sobre Enrique IV de Castilla); Amiel. Un estudio sobre la timidez (1932); El Conde-duque de Olivares (1936) y Tiberio. Historia de un resentimiento (1939).

Luis Vives. Un español fuera de España (1942); Antonio Pérez. El hombre, el drama, la época (1947); Cajal: su tiempo y el nuestro (1950) y El Greco y Toledo (1956), a los que se sumó póstumamente Juan Maragall y su tiempo (1963).

Su estilo, base indudable de su éxito, se caracteriza por su capacidad expositiva, que se sitúa entre la prosa científica y la expresión literaria. Por ello está considerado no sólo como uno de los principales ensayistas de nuestro tiempo, sino también como el eslabón entre el ensayo literario y el específicamente científico.

De acuerdo a la página gregoriomaranon.enarte.es, la huella de Marañón en la Medicina es inmensa e imborrable, “por las puertas que abrió, por los caminos que marcó y por los horizontes que dibujó”.

Creó el primer tratado de Medicina Interna en España; su libro Manual de diagnóstico etiológico fue uno de los libros de Medicina más difundidos en todo el mundo, por su novedoso enfoque en el estudio de la enfermedad y por sus infinitas e inéditas aportaciones clínicas.

Si bien la huella de Marañón es imborrable en el plano de la ciencia, lo que hace eterna, universal y aún más singular su obra es el descubrimiento y “describimiento" del plano ético, moral, religioso, cultural, histórico y humano, que la acompaña.

Gregorio Marañón y Posadillo, médico, científico y humanista, que hizo inseparables esas tres condiciones en su persona y en su obra, murió el 27 de marzo de 1960, en España, señala la Real Academia de la Historia.

Escrito en: Marañón, Medicina, tiempo, estudio

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Un día como hoy

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas