Gaspar Fernández
Siglo de Durango
Durango, Dgo.- El diestro regiomontano Eloy Cavazos regresó a Durango y salvó la tarde ante un lote compuesto de las ganaderías Julio Delgado y Garza Leal.
Ante casi media entrada en la Plaza de Toros “Alejandra”, la máxima figura del toreo salió voluntarioso, dispuesto a echarse al público a la bolsa. Fue una tarde de muchos recuerdos para el diestro quien regresó a Durango luego de 10 años de ausencia, ante un público que es suyo. “Es algo muy importante para mí y es una felicidad muy grande”, mencionó el experimentado matador.
Un encierro sobrado de peso, al que el arte y el valor de Eloy Cavazos le sacó el mejor provecho. Un cartel que conjugó prosapia y hambre de sobresalir. La entrada resintió la cercanía del festejo a las madres. Víctor Martínez, joven novillero, tomó la alternativa de manos del diestro regiomontano, teniendo como testigo a Miguel Espinosa, hijo de Fermín Espinosa “Armillita”.
Poca suerte tuvo el alternante, quien empezó bien con su primer astado, pero terminó naufragando con un toro que no le acomodó del todo. Reapareció el arzobispo emérito, Antonio López Aviña, a quien el diestro regiomontano le brindó “Mayoral”, el segundo toro de la tarde, un negro cárdeno con un peso de 560 kilogramos.