Nuestras fiestas en 1963
El 3 de mayo de 1963, el mundo católico se conmovía con la muerte del Papa Juan XXIII, aquel hombre de tierna figura, autor del Concilio Vaticano II que cambiaría la liturgia eclesiástica, dándole un sentido más terrenal y poniendo los cimientos para lo que más tarde desataría los “demonios” de la “Teología de la Liberación” que terminaría con la ortodoxia católica.
El 21 de junio de ese año muere el connotado actor de carácter Pedro Armendáriz, quien padecía cáncer en la garganta y aquejado de ese mal decidió quitarse la vida.
Con este preámbulo, los festejos del aniversario de la ciudad ya estaban muy encaminados y para ello se movían varios factores siendo el principal el gran aniversario del cuarto centenario, después de todo, no todos los días se cumplen. En esta búsqueda de analogías así como hemos visto estos días a gente de la construcción muy atareada, en esos días hace cincuenta años los trabajos para terminar la Plaza del IV Centenario que naciera como producto de haber desaparecido el jardín Victoria y dos pequeñas manzanas de casas que conformaban este conjunto y que daba a esta parte de la ciudad un aspecto simpático, aunque no del gusto de los “urbanistas” modernos que trataban a toda costa de quitar a la ciudad lo antiguo o colonial que la caracterizaba.
Hoy se destruye, con mucho acierto, el feo edificio que albergó por muchos años a SEARS Roebuck, tienda que por cierto llegó a Durango con esta modernidad de las tiendas departamentales en esa época. De manera que ahí se está cumpliendo un sueño de ver ligadas las dos plazas más emblemáticas del Centro Histórico, con la nueva plaza Fundadores, lo que da un nuevo aspecto a esta parte de la ciudad y el frontispicio de la Universidad y el templo de Nuestra Señora de San Juan, quedaron mirando a la Catedral y su plaza de Armas. En la inauguración de esta nueva plaza vi por ahí a la señora María Eugenia Cuevas, la famosa “Muñeca”, que hace cincuenta años resultaba electa soberana de las fiestas, con un millón 343 mil 894 votos, contra los 961, 991, de su más cercana contendiente, que fue la hermosa Lidia Bonilla quién quedó como princesa real. El cómputo se realizó en la plaza de Armas ante una multitud de entusiastas duranguenses. Las fiestas del IV Centenario tuvieron como rúbrica especial, la visita del presidente de la República Lic. Adolfo López Mateos quien vino a inaugurar dichos festejos que se realizaron en Las Alamedas, la plazuela Baca Ortiz y el parque Guadiana que en ese tiempo tenía muy reciente el Auditorio del Pueblo y en la recién inaugurada Plaza del IV Centenario, por supuesto en otros espacios que ya se habían utilizado con este fin.
El programa de las fiestas del Cuarto Centenario, fue muy amplio, como ya era costumbre y el objetivo primordial de la feria, el dar a conocer a propios y ajenos, el vasto territorio duranguense lleno de posibilidades para la inversión minera, agropecuaria y comercial, rubros que en ese entonces eran el sueño de todo gobernante de traer inversión y empleos, no se diga turismo que aunque para esas fechas era un filón inexplotado a no ser por el interés de cineastas estadounidenses por realizar varias cintas de largo metraje que traería a Durango el “Boom” del cine de caballitos y la fama bien ganada de ser la nueva “Movie land” de México. La cultura también ocupó espacios muy importantes en esta fiestas, solo por mencionar algunas: la presencia de la famosa orquesta sinfónica de Guadalajara, dirigida por el Dr. Helmut Goldman, con un programa que incluyó: “Janitzio”, obra del ilustre Silvestre Revueltas.
En diferentes plazas citadinas se escucharon bandas de música venidas del estado vecino de Zacatecas, y del Estado Mayor Presidencial de la Secretaría de la Defensa Nacional y varios estados de la república enviaron sus mejores embajadores culturales, de innumerables instituciones educativas de fama nacional, con cuadros folclóricos en donde el público absorto pudo contemplar los coloridos vestuarios y bailes que se dieron en diversos foros de la ciudad; la celebración de los VIII Juegos Florales, realizados en el teatro del Seguro Social y donde se dio una verdadera justa poética entre los concursante venidos de muchas partes del país, concurso ganado por el poeta Carlos Montemayor Díaz, ganando la Flor Natural y el premio de diez mil pesos.
El teatro experimental duranguense, presentó la obra: “Los Desarraigados”.
El sábado 13 de julio, fue declarado por la H. XLVIII Legislatura del Estado, a través del Decreto 98, como Himno Regional, el vals “Recuerdo”, del músico durangueño Alberto M. Alvarado, con la emoción reflejada en el rostro, sus hijas recibieron la noticia.
En el plano deportivo se realizaron diversos eventos que emocionaron a los espectadores, en aquel tiempo, el básquet, el beis, el soft y el fútbol, fueron los deportes populares que reunieron a lo mejor de los equipos duranguenses que se enfrentaron a los mejores venidos de otras partes, sin faltar los deportes especiales como el golf y el automovilismo que también tuvieron sus encuentros amistosos. Hoy, la feria del 450 aniversario tendrá la distinción de realizar el 1er Encuentro Internacional de Escritores “José Revueltas”, del 10 al 13 de julio, organizado por la Sociedad de Escritores de Durango, A. C., con un programa que incluye a escritores de fama mundial, internacional y nacional que estarán dejando sentir su impronta cultural en Durango, con la presencia de escritores venidos de muchas latitudes de México, atraídos por este singular evento.
Podemos decir, que el objetivo principal de las fiestas de aniversario de la ciudad, independientemente de dar a conocer las riquezas y progresos de la entidad en el plano nacional, el aspecto cultural y recreativo, fueron el sello que las distinguió (“1963. Las fiestas de los cuatro siglos”).