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El reto peatonal de la ciudad

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El reto peatonal de la ciudad

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LUIS LOZANO

Es un hecho que habrá Paseo Peatonal en el corredor universitario que va de avenida Universidad a Fanny Anitúa, que a nadie le quepa duda: es decisión tomada, pese a que en el camino todavía podrían encontrarse uno que otro obstáculo social. Entiéndase por esto la resistencia de algunos ciudadanos y organismos empresariales que aún no están de acuerdo con la obra.

Sin embargo no habrá marcha atrás. A decir verdad, poco a poco, el responsable de las Obras Públicas del Municipio, Humberto Rosales Badillo (en equipo con la titular de la Secretaría del Ayuntamiento) supieron reencaminar los errores iniciales, que principalmente en materia de comunicación, provocaron una crisis edilicia que hicieron a esta obra la acción Municipal más controvertida en lo que va de Administración.

El que esto escribe, en su momento, se manifestó a favor de esa proyecto, en el que -se insistió- fallaron las acciones iniciales para encaminarlo. Eso quedará atrás y habrá obra.

Sin embargo esa no es la única necesidad peatonal que prevalece en el municipio de Durango, si bien se convertirá en la más emblemática del gobierno de José Ramón Enríquez: el alcalde, junto a su equipo, tienen que asumir la enorme urgencia que en la materia existe en la capital.

Este mismo día, si usted se asoma a la página 4 de la Sección B (en el impreso El Siglo de Durango), se encontrará con material fotográfico que ilustra las terribles condiciones de algunos segmentos de la calle Pino Suárez que requieren urgente atención. Ni el Municipio, ni el Estado, han asumido responsabilidad alguna en ese aspecto desde hace cuando menos tres años.

Hay que mirar un poco al pasado: en la administración estatal de Ismael Hernández Deras, el gobierno estatal inició un esquema de rehabilitación integral del Centro Histórico, que incluía la rehabilitación de las banquetas de cuando menos una veintena de cuadras, en las que predominaba la cantera.

El esquema solo alcanzó para llegar hasta la calle Francisco y Madero, y solo en lo correspondiente al bloque del Arzobispado, mientras que el resto del Centro -desde Independencia hasta Victoria, y de Pino Suárez a 5 de Febrero, casi se completó al 100 por ciento.

El resto del centro fue olvidado: se atendió lo turístico, pero no lo comercial.

Después, el Municipio asumió el reto, ya con Adán Soria en el gobierno. Pero no alcanzó para completar toda la necesidad. Media decena de cuadras (quizá un poco más), vieron una nueva banqueta de concreto, que en ciertos casos pronto se deterioró.

Con Esteban Villegas no hubo mucho para presumir. En realidad, casi nada. Y hay un eminente riesgo de que otra vez ocurra lo mismo.

Calles como Pino Suárez, de Victoria hacia Norman Fuentes, y 5 de Febrero y 20 de Noviembre, casi en el mismo tramo, sufren hoy las consecuencias de un olvido que a diario afecta a miles de personas. No hay que olvidar que además de los centros comerciales de Felipe Pescador, son estas el corredor comercial de mayor actividad de la ciudad.

Por eso ni el director de Obras Públicas, Humberto Rosales Badillo, ni el alcalde Enríquez, deben dejar pasar la oportunidad de atender tal problema, que en términos prácticos, quizá ni es tan costoso. Y en el que incluso, muchos de los comerciantes se dicen dispuestos a aportar. ¿Quién no va a querer el frente de su establecimiento en mejores condiciones?

Pero el olvido no queda ahí: el director de Desarrollo Urbano anunció el retiro de cabinas telefónicas que cuentan con la características de "obstáculo"; sin embargo, pasan las semanas y esa intención se materializa a cuentagotas.

En tanto que empresas de índole privada, se han desentendido de los daños que existen en sus instalaciones subterráneas que también atraviesan las calles más transitadas.

A eso debe agregarse la omisión constante del área de Ingeniería Vial de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, así como las acciones correspondientes a Servicios Públicos y la propia Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, que hoy día entregan malas cuentas en materia de señalización horizontal de calles y avenidas.

El Paseo Peatonal Universitario se convertirá, pues, (visto de forma positiva) en una obra emblema que refleja el interés Municipal por atender a la gente que privilegia el andar antes que el conducir. Siendo justos, es algo que se debe extender al resto de la ciudad.

Hay mucho, pero mucho, por hacer en materia peatonal.

Twitter: @luizork

Escrito en: a simple vista materia, resto, Municipal, casi

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