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Cada elección tiene consecuencias

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

Cada elección, en especial las de nivel federal, representan una oportunidad para los electores de darle continuidad a las políticas de un gobierno o para generar un cambio de rumbo. Las elecciones de hace un año en los Estados Unidos significaron un cambio en sus políticas y en algún momento representarán un retroceso en la calidad de vida de los ciudadanos de ese país. Es imposible estar aislado en un mundo globalizado, sin embargo, el sentimiento nacionalista de un segmento de población de ese país fue decisivo para lograr que un personaje sin carrera política pudiera lograr la presidencia de los Estados Unidos.

Toda elección tiene consecuencias y los ciudadanos del Reino Unido que votaron por salir de la Unión Europea y los americanos que eligieron a Donald Trump como su Presidente han marcado un camino que no solamente tiene efectos en su vida cotidiana, sino en la de muchos otros millones de personas que habitan los países vecinos. En nuestro caso el impacto no podría ser mayor, además de la vecindad geográfica, los Estados Unidos representan el mayor mercado para las exportaciones mexicanas.

Además de las relaciones comerciales, desde hace décadas millones de mexicanos viven ilegalmente en los Estados Unidos, forzados a salir de nuestro país en busca de mejores oportunidades para ellos y sus familias. La elección de Donald Trump hace un año, lamentablemente tuvo mucho que ver con el sentimiento anti mexicano que impera entre los conservadores de ese país, sin analizar las aportaciones que hacen los inmigrantes, legales e ilegales, a la economía y sociedad de ese país. Es difícil imaginar, como lo retrató la película de Sergio Arau "Un día sin mexicanos", la economía de nuestro vecino sin la aportación que hace la mano de obra mexicana.

Cada elección tiene consecuencias, algunas son predecibles, otras no, sin embargo, el voto es una herramienta personalísima para cambiar nuestra realidad si es que estamos en desacuerdo con la forma en que nos gobiernan, y también una oportunidad para darle continuidad a los que se considera han hecho bien las cosas.

En México, la elección del año siguiente representa una oportunidad para la continuidad o el cambio, sin embargo, lamentablemente nos enfrentamos a una elección en donde la apuesta es que la población de clase media, cada vez menor, vote con temor, no por el mejor, sino para no elegir a Andrés Manuel López Obrador, el populista que se encuentra adelante en las encuestas de intención de voto y que pretende gobernar con ideas de hace cuatro o cinco décadas, regresando a la época del presidencialismo todopoderoso.

La alternancia que comenzó en el año 2000 representó un cambio de partidos, no un cambio en la forma en que se ejerce el poder, en 2012 el regreso del PRI representó en el inconsciente colectivo otra oportunidad para aquellos que si sabían gobernar, aunque con los defectos ya conocidos.

En el 2018, se nos presenta básicamente la misma decisión que hace seis años, sin que cambie el sistema político, sin que haya cambiado la forma en que se ejerce el poder en nuestro país. Lamentablemente, en esta elección los ciudadanos llegan con seis años más de hartazgo hacia la élite política por todo lo que no hemos cambiado en casi dos décadas de alternancia: la corrupción, el bajo crecimiento económico, la inseguridad, la impunidad. Las élites políticas quieren que la sociedad pase por alto todo lo que no ha cambiado poniendo como pretexto la llegada de un populista al poder sin tomar en cuenta que su paciencia tiene un límite.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública elección, tiene, Estados, oportunidad

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