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Sucesión presidencial

Opinión - Jaque mate

Sucesión presidencial

Sucesión presidencial

Sergio Sarmiento

Ha obsesionado a la nación mexicana desde tiempo inmemorial. Vicente Guerrero, primer candidato en perder unos comicios presidenciales, rechazó los resultados y se levantó en armas.

Llegamos al final del calendario, como ocurre cada quinto año de un sexenio presidencial, con la atención pública concentrada en la sucesión presidencial. El cierre del año viejo es un momento de selección de candidatos y definición de alianzas. En 2018, las campañas oficiales serán más breves, pero eso no ha hecho que se reduzca el interés en el proceso que deberá dar lugar a un nuevo gobierno dentro de exactamente un año, el primero de diciembre de 2018.

Las cosas ya no son como en el pasado. Ningún partido tiene asegurado el triunfo en las elecciones de julio próximo. El presidente Enrique Peña Nieto está llegando a la recta final de su administración con pésimos resultados en las encuestas de opinión. Hay un desencanto en la población mexicana que en algunos casos se convierte en rabia. Este ambiente suele llevar al voto de protesta, el cual castiga, en todos los países, a los partidos gobernantes y en México, de modo particular, al PRI.

La sucesión ha obsesionado a la nación mexicana desde tiempo inmemorial. Vicente Guerrero, primer candidato en perder unos comicios presidenciales, rechazó los resultados y se levantó en armas. Las insurrecciones y golpes de estado fueron constantes en la primera mitad del siglo XIX. Los mandatos más prolongados de Benito Juárez y Porfirio Díaz dieron una mayor estabilidad política al país. Francisco I. Madero conmocionó a la sociedad con su libro La sucesión presidencial en 1910 y su intento de derrotar en una elección al sempiterno presidente Díaz. Tras la Revolución mexicana, la elección del nuevo titular del Ejecutivo federal se ha convertido en el foco de toda la atención política cada seis años.

El proceso de sucesión de 2018 ha empezado ya. Las reglas electorales han creado un sistema complejo y distinto al que tuvimos durante décadas. Hay una gran incertidumbre acerca del partido o los candidatos que puedan triunfar en las urnas. La única certeza sobre la votación es que estará muy dividida. Tendremos quizá entre tres y seis candidatos a la Presidencia. Al final podría haber un presidente con menos del 30 por ciento de los votos. Si consideramos que la mitad de la población no se molesta en votar, estamos hablando de que el próximo presidente tendría el respaldo de menos del 15 por ciento de los ciudadanos con derecho a sufragar.

El PRI ha enfrentado serios problemas en los últimos tiempos, pero sigue siendo el único partido con presencia nacional. Morena, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, está adelante en las encuestas, pero esto ha ocurrido ya al inicio de dos contiendas electorales previas y es producto de que López Obrador ha venido haciendo campaña durante años a pesar de que las reglas lo prohíben. El PAN y el PRD han prometido lanzar una candidatura conjunta, pero será difícil que los panistas apoyen a un representante del sol azteca o que los perredistas respalden a un blanquiazul. Los independientes, por otra parte, pueden cambiar el panorama de manera importante. El escenario es de confusión.

El inicio del proceso electoral coincide con un momento complicado por la renegociación del TLCAN. El bajo crecimiento de la economía nacional en los últimos años es uno de los motivos de la insatisfacción popular, pero un proceso electoral fallido puede ocasionar un desplome económico importante. Estamos entrando a un momento de incertidumbre.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: proceso, presidente, sucesión, momento

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