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Permiso para entrar en la palabra

Permiso para entrar en la palabra

Permiso para entrar en la palabra

José Solórzano López

Sudor caliente frío del cabello a los pies

de la conciencia

susurro del agua en el canto del agua

silencio de malasangre en los oscuro de enfrente

suena palpitan tambores en el vientre de la madretierra

hay luz crecida en el ombligo del cielo

bienvenida sea nuestra respiración y el silencio...

permiso para convocar a las palabras

abrir los pulmones en el aire del canto

viajar en la ceniza de los rostros antiguos

verbos de polvo en la palma de la mano

tranvía de pulsaciones en el llano colorado

rodar de piedras humildes en los renglones del papel

acordes de música en el árbol del silencio

permiso para saludar a la palabra

admirada anciana en el aire en la vereda

aliento de fuegovivo

sonrisa de tierra amable

agua de abrazo en los cuatro rumbos

permiso para acariciar las palabras

albricia de lluvia en el rostro

andar de silencio en los besos

tinta de sangre en la mirada

plumas de quetzal en el sueño lejano más largo

sonrisas en el corazón del Sol

permiso para abrzar las palabras

la montaña dibuja su perfil de Indio

el carcaj contiene las flechas necesarias

la manada de ojos y astas se ocultan en los brazos de la luna

el humo del copal abre sendas al espíritu

la sangre de los ancestros cristales de luz

el escudo del guerrero descansa

permiso para besar las palabras

enredaderas de agua lastimada en tus ojos

espinadeldesierto alucinado

danza de luna que duerme y engaña en la pirámide trunca

corazón abierto en la flor marchita del sosiego

sal en el abismo del espejo con una sola cara piedra multiplicada

permiso para salir de la casa de la palabra

y la paciencia se malgolpea en la puerta

la banda de los coyotes merodea en la sangre ajena

el águila sobrevuela da vuelta en el ojo despierto

aquellos helechos están enmarañados desde las raíces

el copal no declina ni apaga su espíritu en el encono

en la furia de las brasas insolentes

las espinas queman la lengua de la serpiente ciega

los cuervos posan su sombra en las pupilas que no duermen

Ofrendo silencio y salgo a caminar

en lo contento

en el esplendor

de aquella antigua palabra.

Escrito en: sangre, copal, aire, silencio

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