La degradación de la política
Durante el fin de semana las principales coaliciones nominaron a sus candidatos al a Presidencia de la República. Los pre candidatos que hicieron (pre) campaña de diciembre a principios de febrero ya se hicieron de la nominación formal por parte de los partidos que los postulan.
Durante las pre campañas y este comienzo de inter campañas hemos visto la degradación de la política al ver a los actores políticos dando argumentos cada vez con una mayor dosis de cinismo para justificarse por cambiar de trinchera política. Entre las muchas lecciones que dejará esta elección presidencial una de las más importantes será el espectáculo de la degradación, cada vez mayor, de nuestra incipiente democracia y también de nuestra clase política.
Nuestra democracia, se ha comentado muchas veces en esta columna, se puede considerar de baja calidad ya que no eleva el bienestar o el nivel de vida de los mexicanos. Llevamos tres décadas con tasas de crecimiento económico que no permiten a los mexicanos salir de la pobreza.
La primera mala noticia del 2018 respecto a este tema es que, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) la pobreza salarial, es decir el número de personas que no puede comprar una canasta alimentaria básica con el ingreso que perciben, aumentó en el último trimestre de 2017 en 1.8 millones de personas para situarse en casi 51 millones de mexicanos.
La causa fue la inflación que se registró el año anterior, lo que eliminó la mejora reportada respecto de la pobreza extrema en 2016. Sin crecimiento económico podemos asegurar que la pobreza y la desigualdad no se moverán de los niveles que tienen actualmente. Sin acuerdos entre la élite política seguiremos condenados a bajas tasas de crecimiento económico. Las reformas estructurales serán sin duda el principal legado del Presidente Enrique Peña Nieto, pero la transparencia en su implementación para asegurarse que traigan beneficios a los mexicanos estará a cargo de quienes gobiernen a partir del primero de diciembre.
Por otro lado, tenemos la degradación de la política, al ver que cada vez un mayor número de actores políticos de todos los partidos, cambiando de trinchera política. Sólo en México se puede ser Senador de la República por un partido y al día siguiente ser vocero del candidato de otro partido.
Hoy por hoy las encuestas ponen como favorito a Andrés Manuel López Obrador para ganar la elección del primero de julio, aunque es claro que el segundo lugar puede acercarse tanto que el voto anti AMLO de la derecha y el centro del espectro político se unan para hacer competitivo a quien se encuentre en segundo lugar a mediados de abril. La suerte todavía no está echada, contrario a lo que muchos parecen creer.
Lo mismo actores políticos sin trayectoria como Cuauhtémoc Blanco o algunos con décadas de militancia partidista como la senadora Gabriela Cuevas, están pensando que su futuro político está en alinearse con quien creen les reditúa mayor beneficio político o que les permitirá mantener los beneficios que tienen ahora.
En las próximas semanas será cada vez más claro el cinismo de los actores políticos para argumentar su cambio de trinchera. Los valores y la ideología son algo ya muy difícil de encontrar en los actores políticos.
Twitter: @jesusmenav