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El problema del acoso sexual

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El problema del acoso sexual

El problema del acoso sexual

OMAR ORTEGA SORIA

A finales del año pasado, fueron dados a conocer diversos casos de acoso y abuso sexual en Hollywood: productores, actores y guionistas habían aprovechado su posición de poder para abusar de varias actrices de cine. Hoy en nuestro país, este mismo tema se coloca en la agenda pública por la denuncia de una actriz mexicana, lo que ha provocado que se reinicie el debate sobre la violencia de género que existe en nuestra sociedad.

Ya hemos visto 2 posturas básicas, la que condena el hecho y ofrece solidaridad con las víctimas, postura que ha impulsado campañas para hacer más visible el problema, como #MeToo o Mi primer acoso, mientras que por el otro lado, existen las voces machistas, retrogradas y de odio que desconocen la violencia de género, la minimizan, normalizan o culpan a las víctimas.

Definitivamente, el acoso sexual es un grave problema que enfrenta nuestra sociedad, y que ha estado presente desde hace mucho tiempo, ya sea en aspecto laboral, gubernamental, deportivo, escolar, o artístico. Gran parte es provocado por la cultura machista que cosifica a la mujer, que la pone a su disposición y servicio, y que hace que más de la mitad de los habitantes de nuestro país se sientan inseguras.

Vivimos en un país en donde 7 de cada 10 mujeres son víctimas de violencia, pero, no vemos esto reflejado en el número de denuncias y mucho menos, en las personas que son condenadas. Vivimos en una sociedad en donde la línea entre cumplido y acoso es muy borrosa, en donde el feminicidio es parte de todos los días, en donde la mujer gana menos que un hombre, tiene menor representación en los espacios de poder, en fin, vivimos en un México donde violencia contra las mujeres está presente y tiene múltiples formas.

De aquí de lo importante de seguir perfeccionando nuestra legislación en la materia, de fortalecer los procesos de denuncia más amigables, y sobre todo, empoderar a las mujeres para que se sientan seguras de alzar la voz. En este sentido, los Diputados Federales aprobaron una muy interesante reforma para distinguir entre el acoso y al hostigamiento sexual, a lo que se le ha sumado lo que han venido haciendo en alerta de género.

Si bien ambas conductas son consideradas como tipos de violencia sexual, el hostigamiento sexual se encuentra presente en una relación de superioridad jerárquica de cualquier índole entre la víctima y el victimario, mientras que el acoso sexual no existe tal subordinación en él, pero hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión o riesgo para la víctima.

El grave problema, es que quienes denuncian, no encuentran quien les crea, son revictimizadas, humilladas, discriminadas, e incluso llegan a perder su trabajo, a reprobar un examen, o enfrentan cualquier otra consecuencia por haberse atrevido a denunciar.

También es importante tomar en cuenta que mucho de la violencia se da en el espacio público, en las calles, en el trasporte, en los parques y plazas, y esto implica que no son pocas las mujeres que han decidido cambiar sus rutas, horarios, vestimenta, e incluso, que prefieran no salir porque no se sienten seguras.

Mientras que por otro lado, aún hay muchos hombres, que ven esta situación como algo gracioso, que no entienden que un no es un no, y que ninguna forma de violencia es aceptable. Mucho también se trata de ponerse en los zapatos del otro, de educación y de sensibilización.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso Legislativo acoso, violencia, sexual, mujeres

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