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ARMANDO FUENTES AGUIRRE

Los hombres de la antigüedad no sabían lo mucho que sabemos los hombres de este tiempo.

Cuando estallaba el rayo pensaban que su dios estaba irritado, y expresaba así su cólera.

La noche de antier se abatió una tormenta eléctrica sobre mi ciudad.

Por allá y por aquí caían los rayos. Su luz fantasmagórica y el fragor del trueno ponían temores en el ánimo.

En ese momento yo leía el periódico.

Violencia.

Corrupción.

Delincuencia.

Impunidad.

Pobreza.

Drogas.

Y en el cielo rayos. De veras: seguramente Dios está irritado.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador rayos., momento, fantasmagórica, fragor

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