Editoriales

Genios priistas

DENISE DRESSER

DENISE DRESSER

'Nombre, son unos genios", dijo José Antonio Meade burlón, socarrón, descalificando a sus contrincantes y a sus críticos. Tenía razón en mofarse, ya que los verdaderos genios de esta elección son los miembros de su propio partido. Priistas geniales que trituran a las instituciones como lo acaban de hacer con el Tribunal Electoral. Priistas inteligentísimos que mandan al carajo la credibilidad ya corroída de las autoridades electorales. El PRI encargándose de hacer todo lo posible para legitimar a AMLO, ensanchar su base electoral, demostrar que eran y son válidas sus acusaciones sobre el uso faccioso del aparato del Estado. Si lo que quería el priismo era debilitar al puntero, han logrado exactamente lo contrario. López Obrador debería agradecerles tanto ingenio, tanta originalidad. Así como lo hicieron en 2006 con el desafuero, sus adversarios están magnificándolo.

Porque con su comportamiento sólo evidencian lo que López Obrador ha señalado. El partido que ha ido dinamitando a las instituciones es el PRI. Usando al TEPJF para darle entrada al Bronco a la boleta, a pesar de las múltiples irregularidades en las que incurrió. Manipulando a la PGR para proteger a Emilio Lozoya y a Enrique Peña Nieto del lodazal latinoamericano que es Odebrecht. Utilizando a la Secretaría de la Función Pública para exonerar a todos los involucrados en la Casa Blanca. Empleando a Sedesol para desviar recursos vía la Operación "Estafa Maestra", cuya revelación por parte de Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad acaba de ganar el premio de periodismo Ortega y Gasset. Valiéndose de la SHCP para premiar a amigos y castigar a enemigos vía el Ramo 23, como lo han hecho con Chihuahua. Unas lumbreras, pues.

Con un enorme talento para llevar a cabo operaciones de Estado que ponen a las instituciones al servicio del PRI. Al avalar la candidatura del Bronco, el TEPJF no demuestra su profesionalismo sino su sometimiento al priismo. Avala la transa. Demuestra que cuatro de sus magistrados sintieron la imperiosa necesidad de recompensar al PRI por extender sus plazos -de manera cuestionable- después de escogerlos vía la lógica de cuates y cuotas y dedazos. Cuatro magistrados a quienes se les llamó, se les convocó, se les presionó desde Los Pinos y la Suprema Corte y la Secretaría de Gobernación. Cuatro magistrados a quienes se los ordenó ir contra la decisión del INE y mantener al Bronco en la contienda. Cuatro cómplices que ignoraron las ilegalidades de su candidatura: 58% de firmas apócrifas, 810,995 firmas no encontradas en la lista nominal, 158,532 firmas simuladas, 17.3 millones de pesos de financiamiento sospechoso. Taparon eso con argumentos espurios del "debido proceso" y una visión "garantista", cuando el PRI nunca ha apoyado una cosa ni la otra.

Cuando los representantes del Bronco fueron en doce ocasiones al Tribunal, por lo que no podían argumentar que sus reclamos no habían sido atendidos. Cuando el INE -en un acto de autonomía insólito- había documentado las trapacerías del norteño, invalidando su participación por violar la ley. La propia presidenta del Tribunal manifestó su desacuerdo con los magistrados, señalando que "no todo se vale, el fin no puede justificar los medios, el cargo en disputa (la Presidencia) representa liderazgo, que no se adquiere solo con el poder (...) no solo se requiere un perfil político, también ético". Los principales juristas del país externaron su desaprobación ante la burda maniobra impulsada desde Presidencia, operada por el ex asesor jurídico Humberto Castillejos. Y lo único que alcanzó a balbucear el PRI, agarrado con los dedos en la puerta, fue que el caso del Bronco era similar al de Florence Cassez. Alguien violó sus derechos y había que darle justicia y reparación.

Ese PRI tan "respetuoso" de la ley y de las garantías individuales que viola ambas todos los días. Ese PRI tan sagaz que propulsa al Bronco pensando que con ello dispersará al voto opositor, que iba a apoyar a Ricardo Anaya o a AMLO. Pero lo único que ha logrado es el descrédito institucional. Lo único que ha conseguido es darle mayor credibilidad a quienes denuestan a las instituciones, sin ofrecer con claridad cómo rehabilitarlas. James Joyce decía que los genios abren portales al descubrimiento. Y la más reciente genialidad del PRI es abrir la puerta a su propia destrucción. Enhorabuena.

Escrito en: Denise Dresser Bronco, quienes, darle, firmas

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas