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El potencial de la inclusión financiera

Bancarizar al mundo

El potencial de la inclusión financiera

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Iván Hernández

En la organización multinacional aseguran que el Global Findex se ha convertido en un referente obligado para medir el progreso en pos de alcanzar el acceso financiero universal antes del 2020.

En el Global Findex 2017, una base de datos a propósito del uso de servicios financieros a nivel planetario, se expone que en todo el globo hay alrededor de 1 mil 700 millones de adultos sin bancarizar, es decir, personas sin cuenta en alguna institución financiera o sin trato alguno con algún proveedor de dinero móvil.

El análisis de la información realizado por el Banco Mundial expone que prácticamente todos los individuos no cuentahabientes viven en el mundo en desarrollo; casi la mitad se concentra en apenas siete economías: Bangladesh, China, India, Indonesia, México, Nigeria y Pakistán. En la comparación respectiva se observa que la titularidad de cuentas es casi universal en los países de altos ingresos.

A esa brecha general hay que sumar otras por cuestiones como el género o el nivel económico. En el primer aspecto, el 56 por ciento de todos los adultos no bancarizados son mujeres. En el segundo, más de la mitad de los no bancarizados pertenecen al 40 por ciento de los hogares más pobres dentro de su economía.

Hay otras cuestiones ligadas a que un adulto no se acerque a la Banca, por ejemplo, el nivel educativo. En el mundo en desarrollo, cerca de la mitad de todos los adultos tienen educación primaria o inferior. Entre los adultos no bancarizados, esta proporción llega a dos tercios.

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Foto: Mckinsey & Company

SUMARSE O NO

¿Por qué las personas no se suman al sistema bancario, también conocido como la Banca? La respuesta más común es que se tiene muy poco dinero como para usar una cuenta. Otras con menciones significativas son: el costo de abrir una; la distancia hasta los bancos; que otro miembro de la familia ya tiene; falta de documentación; desconfianza en el sistema financiero; también hubo un 6 por ciento que adujo motivos religiosos.

Eso no quita que la conversión en cuentahabiente vaya ganando enteros. Entre 2014 y 2017, 515 millones de adultos alrededor del mundo abrieron una cuenta en una institución financiera o a través de un proveedor de dinero móvil. Esto significa que 69 de cada 100 mayores de edad sobre la Tierra tienen una cuenta, cuando eran 62 de cada centena en 2014 y 51 en 2011.

La distancia con respecto a economías de altos ingresos es de más de 30 puntos porcentuales: en esos países el 94 por ciento de los adultos tiene una cuenta; en economías en desarrollo es el 63 por ciento.

La amplia mayoría de los cuentahabientes recibe servicios de un banco, una institución de microfinanzas u otro tipo de institución financiera regulada.

INICIATIVA

El Global Findex, o Global Financial Inclusion, es un instrumento que, a decir del Banco Mundial, ofrece un panorama riguroso y multidimensional sobre el presente y acerca de cuánto falta por hacer para alcanzar el acceso universal a los servicios financieros básicos en el entendido de que proporciona beneficios como proteger contra las adversidades y facilitar invertir en el futuro.

El Global Findex (GF) mide la inclusión y la revolución de la tecnología en materia financiera.

Ofrece una amplia imagen del modo en que personas en más de 140 economías acceden a cuentas, realizan pagos, ahorran, piden préstamos y manejan el riesgo.

En el documento se subraya que cada economía tiene sus propios éxitos, desafíos, oportunidades en materia de inclusión financiera y que ésta tiene un impacto en el progreso de un país a la hora de brindar atención a cuestiones como reducir la pobreza, el hambre, la desigualdad de género.

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Un grupo de campesinos en Guayaquil Cuá, Paraguay. Foto: EFE/Santi Carneri

Los adultos que poseen una cuenta suman el 69 por ciento de los mayores de edad en todo el mundo. Es un aumento de siete puntos porcentuales con respecto al indicador de 2014.

Las cifras de 2017 con respecto a la titularidad general de cuentas muestran una línea ascendente. El acceso a herramientas financieras subió 18 puntos porcentuales desde 2011, ese año se alcanzó el 51 por ciento.

En el BM refieren que hay una continua evolución de la inclusión financiera. El progreso reciente en el rubro ha llegado de la mano de los pagos digitales, las políticas gubernamentales y una atractiva generación de servicios a los que se accede a través de teléfonos celulares e Internet.

Por ejemplo, gracias al poder de la tecnología, el 21 por ciento de los adultos en el África Subsahariana dispone de una cuenta de dinero móvil, casi el doble con respecto a la medición previa: se destacan resultados los de Costa de Marfil y Senegal, donde el 30 por ciento de los mayores de edad es cuentahabiente, y Gabón, con un 40 por ciento que cumple el requisito.

El banco precisa que las cuentas de dinero móvil también se han arraigado en economías como Bangladesh, la República Islámica de Irán, Mongolia y Paraguay, donde llegaron a cerca del 20 por ciento o más.

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Recopilación de datos biométricos del proyecto ‘Aadhaar’ de la Autoridad Única de Identificación de la India. Foto: Biswarup Ganguly

PAGOS FÁCILES

Según el Global Findex, un 52 por ciento de los individuos en edad ciudadana enviaron o recibieron pagos digitales en el último año. El análisis de datos destacó el crecimiento de China en este apartado: un 57 por ciento de los cuentahabientes usa teléfonos celulares o Internet para hacer compras o pagar facturas, esa cifra se quedó cerca de duplicar a la registrada en 2014.

En cuanto a la distancia entre hombres y mujeres, ésta es de siete puntos porcentuales y permanece invariable desde el primer GF, realizado en 2011, el 65 por ciento de las féminas tiene una cuenta, contra el 72 por ciento de los varones.

Una brecha que no ha mejorado desde 2014 es la existente entre ricos y pobres: la titularidad de cuentas es 13 puntos porcentuales mayor entre los adultos que viven en un hogar perteneciente al 60 por ciento más rico, en comparación con quienes viven en el 40 por ciento más pobre.

Además, la titularidad de cuentas es más baja entre los adultos jóvenes, los menos educados y los que están fuera de la fuerza laboral.

Como forma de motivar a los gobiernos a adoptar medidas para mejorar la situación, el estudio relata experiencias exitosas. Por ejemplo, explica que en la India el gobierno puso en marcha una medida dirigida a aumentar el número de cuentahabientes a través de tarjetas de identificación biométrica. Ese recurso redujo tanto la brecha de género como la diferencia porcentual entre los más ricos y los más pobres.

DESARROLLO

La investigación del BM se enfocó en acopiar dados sobre las modalidades utilizadas por la gente para ahorrar, pedir préstamos, realizar pagos y gestionar riesgos. Se hicieron encuestas a más de 150 mil adultos en más de 140 países.

En la organización multinacional aseguran que el Global Findex se ha convertido en un referente obligado para medir el progreso en pos de alcanzar el acceso financiero universal antes del 2020.

Los servicios financieros, se indica en el documento, pueden contribuir a impulsar el desarrollo y ayudar a las personas a escapar de la pobreza al facilitar que inviertan en salud, educación y negocios. Pueden, pero en el mismo documento se reconoce que la evidencia no es definitiva.

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Foto: Archivo Siglo Nuevo

La Banca, según el informe, facilita enfrentar emergencias financieras, como quedarse sin trabajo, que pueden condenar a una familia a la pobreza. Desde la óptica del BM, las personas pobres dependen del dinero en efectivo, que puede ser poco seguro y difícil de administrar.

En el GF refieren que en un estudio realizado en Kenia el acceso a los servicios de dinero móvil aportó grandes beneficios, en particular para las mujeres. Permitió que las familias con mujeres cabeza de hogar aumentaran sus ahorros; 185 mil féminas abandonaron tareas agrícolas y desarrollaron negocios o actividades minoristas; se redujo en un 22 por ciento la extrema pobreza en hogares con jefa de familia.

Los servicios financieros en línea, sigue la alabanza, facilitan la llegada, en momentos de dificultad, de dinero de amistades y parientes que viven lejos. También tienen un importante potencial para reducir el costo de la recepción de pagos.

A manera de muestra se menciona un programa de asistencia humanitaria realizado en Níger. Se dispuso que los pagos mensuales de planes sociales dejaran de hacerse en efectivo y se hicieran con celulares. La decisión les ahorró a los beneficiarios, en promedio, 20 horas de viaje y tiempo de espera para efectuar el cobro.

En Nepal, la bancarización de mujeres jefas de familia les permitió administrar mejor el dinero y llevar a la mesa una alimentación más nutritiva, por ejemplo, un 15 por ciento más de productos como carne y pescado o bien destinar un 20 por ciento más a la educación de los hijos. La experiencia con unos agricultores de Malaui fue igualmente provechosa, depositaron sus ingresos en cuentas de ahorro e hicieron un uso más eficiente de sus recursos que les valió para gastar un 13 por ciento más en equipamiento agrícola y aumentar en un 15 por ciento el valor de sus cultivos.

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Foto: Archivo Siglo Nuevo

La recomendación del BM para los gobiernos es pasar de los pagos en efectivo a los digitales. Eso puede contribuir, se expone en el documento, a reducir la corrupción e incrementar la eficiencia en el gasto.

El uso de pagos digitales en el mundo está creciendo. La cantidad de adultos que los hacen o los reciben aumentó 11 puntos porcentuales entre 2014 y 2017. En economías en desarrollo, la cantidad de mayores de edad que los utilizan aumentó en 12 puntos porcentuales y llegó al 44 por ciento.

INALÁMBRICOS

Los teléfonos inalámbricos e Internet se han ido consolidando como una alternativa a las tarjetas de débito y crédito para efectuar pagos directos desde una cuenta. En economías de altos ingresos, el 51 por ciento de los adultos llevó a cabo una transacción financiera mediante el celular o Internet el año anterior. En los países en desarrollo, el 19 por ciento de la ciudadanía hizo un pago directo usando una cuenta de dinero móvil, un celular o la red de redes.

A nivel global, el 29 por ciento de los adultos se metió al ciberespacio a pagar facturas o a comprar algo en línea. En el desglose por naciones los porcentajes variaron desde el 68 por ciento registrado en demarcaciones de altos ingresos, pasando por el 49 por ciento de China, hasta un promedio del 11 por ciento en economías en desarrollo (sin incluir al gigante asiático).

En el documento se aclara que comprar en línea no necesariamente significa pagar mediante una transacción digital. En los Estados en desarrollo, sin los chinos, el 53 por ciento de los adultos que compraron algo por Internet pagaron en efectivo al momento de la entrega. En China, el 85 por ciento de quienes adquirieron bienes en línea completaron la transacción con un recurso virtual.

En todo el mundo, alrededor de una quinta parte de los cuentahabientes reconoció que no hizo ningún depósito ni retiro dinero de la Banca en el lapso referido, mantuvieron una cuenta inactiva.

Cerca de la mitad de los adultos de todo el mundo pidió prestado en el ejercicio anual anterior. El porcentaje fue mayor en los países con mayores ingresos dada la confianza que existe en los créditos formales tramitados con una institución financiera o bien por medio de una tarjeta de crédito.

Para asegurarle a la población los beneficios de los servicios financieros digitales, deja en claro el Banco Mundial, se deben cumplir requisitos como establecer un sistema de pagos bien desarrollado, alcanzar una buena infraestructura física, elaborar regulaciones adecuadas y diseñar sólidas medidas de protección al consumidor.

También es indispensable adaptar los servicios a las necesidades de los grupos menos favorecidos.

En la organización consideran que los teléfonos celulares jugarán un papel fundamental en la bancarización de la población mundial gracias a su potencial para eliminar los traslados hasta una institución financiera. Si se reduce el costo de la provisión de los servicios, la tecnología digital podría resultar decisiva; se estima que alrededor de 1 mil 100 millones de adultos no bancarizados tienen teléfono celular, cantidad que representa dos tercios de todas las personas sin tratos con la Banca en todo el mundo. Tan sólo en la India y en México más de la mitad de los no bancarizados tienen teléfono inalámbrico; en China, el indicador sube al 82 por ciento.

Una conclusión derivada del Global Findex recomienda a gobiernos y sector privado dejar de hacer los pagos de rutina en efectivo y pasarlos a cuentas. A nivel mundial, 1 mil millones de cuentahabientes aún usan efectivo para pagar las facturas de servicios públicos. Además, cerca de 300 millones de titulares de cuentas trabajan en alguna empresa y cobran en efectivo.

Twitter: @ivanhazbiz

Escrito en: adultos, dinero, servicios, pagos

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