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¿Se privatizó el agua?

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¿Se privatizó el agua?

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OMAR ORTEGA SORIA

Es evidente el gran hartazgo social, la baja popularidad del gobierno federal y la masificación de las noticias falsas en este proceso electoral, por lo que es entendible que una noticia como la presunta privatización del agua rápidamente provocó una nueva crisis de comunicación. Las redes sociales y el WhatsApp fueron los instrumentos, y el triunfo de la selección mexicana, la cortina de humo: muchos empezaron a correr la noticia que el Presidente Peña Nieto había privatizado el agua.

Lo que circuló es totalmente falso, lo que pasó fue que el 6 de junio (el miércoles pasado, no el día del mundial), se publicaron en el Diario Oficial de la Federación 10 decretos (no leyes), que cambiaron el estatus de veda a un estatus de reserva, contemplando a 295 cuencas hídricas del país, que representan el 55% de las aguas superficiales.

Es necesario puntualizar, que estos decretos no cambian la naturaleza del agua como bien nacional, tal y como lo establece nuestra Constitución, que incluso dice que es un derecho humano el acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.

Si bien es cierto que no hay ninguna privatización, si hay un cambio de régimen jurídico, cuando eran zonas de veda, implicaba que no se autorizarían nuevos aprovechamientos de agua adicionales a los establecidos legalmente. Ahora, con los decretos aprobados, serán zonas de reserva, es decir el agua podrá ser utilizada con la finalidad de prestar un servicio público, implantar un programa de restauración, conservación o preservación ambiental.

Los críticos a los decretos mencionan que el nuevo régimen jurídico permitiría dar concesiones para que el agua fuera utilizada por particulares, sobre todo para la industria minera, turísticas, inmobiliarias y para el fracking; sin embargo la figura de reserva es muy clara. Según Conagua el propósito es preservar el medio ambiente y garantizar el agua para el consumo humano de 18 millones de habitantes que aún no nacen, en una proyección a 50 años, es decir, permitir el transvase entre las diferentes cuencas hidrológicas.

En pocas palabras, lo que se hace es permitir que se respete el caudal de los escurrimientos de las lluvias, los organismos internacionales recomiendan que se reserve como mínimo el 35% del escurrimiento medio anual de agua para el consumo de la población y para el cuidado del medio ambiente. Con este cambio, México superará un 12% estas recomendaciones.

Sabemos el gran problema de la disponibilidad de agua, hace apenas unos meses la Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, se convirtió en la primera ciudad en el mundo en agotar potencialmente sus reservas de agua dulce y la situación en nuestro país no es nada alentadora: tenemos el 0.1% del total de agua dulce nivel mundial, existe una mala distribución, ya que los 5 estados del sureste reciben casi la mitad de la lluvia del todo el país y 10.6 millones de mexicanos no cuentan con agua potable.

Los duranguenses ya vivimos hace 7 años la peor sequía en nuestra historia, somos testigos de los problemas de arsénico y sobreexplotación de las cuencas en la región de la laguna, y

En la ciudad de Durango no nos es ajeno el problema de desabasto de agua potable, incluso muchos llevan en sus dientes la prueba de la mala calidad de nuestra agua. En este caso, y como en otros, el gran problema fue de comunicación y de manipulación.

Twitter: @omarortegasoria

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