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López Obrador concreta su sueño

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JOSÉ SANTIAGO HEALY

Magina usted qué habría sucedido si Andrés Manuel López Obrador hubiera aceptado su derrota en la elección presidencial de julio del 2016?

En primer lugar México se habría ahorrado cientos de millones de pesos en daños económicos por los plantones durante largos meses en Paseo de la Reforma y el Zócalo de la Ciudad de México.

No se habría perdido la credibilidad que se transformó en falta de gobernabilidad en los primeros años del régimen de Felipe Calderón. El triunfo por menos del uno por ciento del candidato panista no convenció a la mayoría de los mexicanos.

Si AMLO hubiera aceptado su descalabro, quizás habría ganado la presidencia seis años después y con ello se habría evitado la gestión de Enrique Peña Nieto, una de los peores en la historia reciente de nuestro país.

Pero sabemos que el "hubiera" no existe y que todo lo ocurrido durante estos doce intensos años tuvo que suceder para llegar al triunfo apabullante de López Obrador y el nuevo momento que vive México.

¿Cómo se fraguó esta victoria luego de dos fracasos electorales y cuando muchos pensaban que López Obrador y su movimiento se convertirían en un partido minoritario más como el PT o el Partido Verde?

La historia inicia en verano del 2012 cuando AMLO asimiló su derrota contra Enrique Peña Nieto e inicia un camino hacia la Presidencia.

En noviembre de ese año, Morena que nació como asociación civil en octubre del 2011, se convierte en partido político. Pero fue en julio del 2014 cuando fue aceptado de manera oficial por el Instituto Nacional Electoral, entonces presidido por María Marván.

Desde entonces el partido Morena, convertido en un moderno Caballo de Troya, se metió en las entrañas del sistema para fraguar con extremada paciencia y audacia su posterior y contundente victoria.

López Obrador utilizó la experiencia acumulada para manejar su nuevo partido con vagancia y destreza. Utilizó los recursos recibidos por parte del INE para promover y extender su imagen por todos los rincones del país.

¿Quién no recuerda los spots con la voz y las promesas del politico tabasqueño que por años inundaron las estaciones de radio y televisión mexicanas?

López Obrador recorría una y otra vez los municipios del país al tiempo que los partidos encumbrados -PRI y PAN- realizaban una histórica alianza para empujar las ansiadas reformas estructurales que finalmente no alcanzaron los resultados previstos.

Fue en las elecciones federales y locales del 2015 cuando Morena obtuvo sus primeras victorias, alcanzó el 8 por ciento de la votación para colocarse como la cuarta fuerza política detrás del PRI.

Consiguió entonces sus primeros 35 diputados federales y 18 distritos electorales en la Ciudad de México para obtener la mayoría en la Asamblea Legislativa.

Morena fue sumando en sus filas a dirigentes y figuras políticas de distintas corrientes, en especial de los partidos de izquierda al tiempo que crecía su campaña en medios electrónicos y redes sociales.

Simultáneamente el PRI y el PAN vivían una era de desencuentros que aprovechó Morena para agenciarse más simpatías y militantes.

Las siete gubernaturas obtenidas por el PAN en el 2016 junto a la dolorosa derrota para Morena en el Estado de México, sirvió de acicate para que las huestes de López Obrador redefinieran rumbo y estrategia.

Llegó el 2018 y López Obrador con la experiencia de dos elecciones, una línea política moderada y con promesas populistas y concretas, ganó con una histórica votación del 53 por ciento, 30 y 36 puntos más que Ricardo Anaya y José Antonio Meade, respectivamente.

Este miércoles López Obrador obtuvo la constancia que lo acredita como presidente electo por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con lo cual se concreta un capítulo más en la construcción de la democracia mexicana.

No sabemos si AMLO tendrá un gobierno exitoso, tampoco si podrá frenar los problemas más graves del país como la inseguridad, la corrupción y la pobreza.

Lo cierto es que su actitud conciliadora e incluyente a raíz de su triunfo es un buen augurio para los meses y años complejos que tenemos por delante. Todos queremos que México progrese y deje atrás tantos años de divisiones y reyertas, esperemos que el presidente electo tenga el talento, inteligencia y empeño para lograrlo.

Al final del día el Congreso de Sonora aprobó varias reformas constitucionales polémicas, entre ellas una que otorga más facultades de veto al gobernante en turno. Se trata de un dique a la fuerza electoral que tendrá Morena en la próxima legislatura, pero los morenistas la asumen como declaración de guerra de la gobernadora Claudia Pavlovich.

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Escrito en: Actitudes Obrador, López, habría, Morena

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