Viven entre drogas, la inseguridad y la pobreza

La colonia Constitución, ubicada en la periferia del sur de la ciudad, se viste de personas en situación de indigencia, riñas a pedradas o a machetazos, robos, personas que se drogan o deambulan sin sentido; pero también de familias que todos los días salen a trabajar, llevan a sus hijos a la escuela e intentan superarse aunque son afectados por este contexto que no parece tener fecha para cambiar.

Antonio Huerta, vecino de la zona, dijo a El Siglo de Durango que ha interpuesto tres denuncias por el delito de daños y ninguna ha sido resuelta. Las tres ocasiones fue porque los TDT y los BAS se enfrentaron y salió perjudicado.

Los primeros son una banda de jóvenes que viven en la colonia adyacente, la Ejidal, en tanto que los segundos son de la Constitución.

Ese es uno de los principales problemas que aquejan al asentamiento y entre líneas se lee la presencia de adicciones, violencia familiar y pobreza.

Verónica Ibarra es comerciante conocida en la zona, no solo por el sabor de sus hamburguesas sino porque su local ubicado en una de las principales calles de la colonia, la 20 de Noviembre, funge como guarida cada vez que se pelean.

"Se meten con machetes, la otra vez golpearon a un muchacho", dice preocupada. Sin embargo, no denunció, porque "no hacen caso"; así se refiere a la policía.

Son contrastantes las formas de vida, hay decenas que buscan dar lo mejor a sus hijos e incluso no afectar a sus vecinos, pero parece que otro tanto se esfuerza por lo contrario.

Aunque a decir de un habitante que pidió omitir su nombre, hace un par de meses que los "cholos" se han calmado, al igual que los robos.

Claro que antes le dañaron un coche Chevrolet Lumina. A pedradas le quebraron los cristales y no le quedó mas que venderlo por 20 mil pesos, él tampoco denunció ya que era más lo que iba a invertir.

Asimismo a otra vecina le abrieron la casa, entre varios, y sacaron los tanques de gas; los responsables están plenamente identificados pero "no pasa nada".

Se estima que en este asentamiento cada familia tiene en promedio tres hijos, la mayoría de los padres se desempeñan como empleados en maquiladoras o en el rubro de la construcción; sin embargo, también se reconoce un alto consumo de alcohol y drogas que, entre otras cosas, inhibe el desarrollo económico de las familias.

Maestros de escuelas de la zona reconocen que se enfrentan a casos de niños que son víctimas de violencia o abandono por parte de sus tutores, por lo que se trata de menores que han quedado a cargo de las abuelitas quienes en su mayoría no encuentran forma de dar un sustento adecuado a los nietos ya que tienen a más de ,uno bajo su cuidado.