No pierdas movilidad

Cuando hablamos del dedo martillo nos referimos a una enfermedad que se manifiesta cuando se daña el tendón encargado de enderezar el dedo (tendón extensor), cuando un pelota u otro objeto golpea con fuerza el dedo, podría provocar un desplazamiento de un trozo de hueso, junto con el tendón. La punta del dedo o del pulgar deja de estar recta y en la mayoría de los casos, esta condición afecta el segundo dedo, sin embargo, también puede afectar al resto.

el dedo tiende a girarse y colocarse en una posición similar a la de una garra.

¿Por qué sucede?

La causa más común del dedo en martillo es usar zapatos bastante ajustados o cortos que queden demasiado apretados, ya que de esta manera el dedo del pie se esta forzando a estar en una posición flexionada, provocando que los músculos y tendones se aprieten y se vuelvan más cortos. La aparición del dedo en martillo es más común en mujeres que usan zapatos que no se ajustan bien a su pie, o que usan tacones altos con bastante frecuencia. También puede darse en niños que usan zapatos que les quedan pequeños.

Esta deformación puede ser congénita y estar presente desde el nacimiento, o desarrollarse con el paso del tiempo, son raras las ocasiones en las que todos los dedos se ven afectados, esto podría ser causado por algún problema con los nervios o la médula espinal.

¿Qué hacer?

La mayoría de las lesiones por dedo en martillo se pueden tratar sin necesidad de una cirugía, aplicando hielo y manteniendo en alto el pie (con los dedos apuntando hacia el techo). El dedo en martillo debe ser tratado por un médico a más tardar en un lapso de una semana, si el caso se llega a agravar, si hay sangre debajo de la uña o si la uña se desprende, debes recibir atención de manera inmediata; esto pudiera ser un signo de laceración del lecho ungueal o una fractura expuesta.

Un tratamiento común son los entablillados, hay distintos tipos de entablillados y yesos para los dedos en martillo, el objetivo es mantener la punta del dedo recta hasta que el tendón sane. La mayor parte del tiempo se usa un entablillado a tiempo completo durante ocho semanas aproximadamente.

Durante las siguientes tres o cuatro semanas, la mayoría de los pacientes comienzan a usar un entablillado con menos frecuencia, con este tratamiento el dedo por lo general recupera una función y una apariencia aceptable, pero no es inusual que carezca de un poco de estiramiento al final del tratamiento. El terapeuta debe mostrarle como usar el entablillado y también le deberá enseñar ejercicios para mantener el movimiento de la articulación, para que el dedo no se vuelva rígido.

Una vez que su dedo en martillo haya sanado, su terapeuta deberá recetar algunos ejercicios para que pueda recuperar la movilidad normal en su dedo.

En niños las lesiones de este tipo de dedo en martillo podrían traer afectaciones en el cartílago que controla el crecimiento del hueso. En el caso de los niños el médico debe evaluar y tratar de manera cuidadosa esta lesión, para que el dedo no que atrofiado, ni tenga deformaciones que lleguen a afectar su movilidad en un futuro.

Cuando llega a quirófano

Se puede pensar en una reparación quirúrgica cuando estas lesiones de dedo en martillo ya tienen fragmentos óseos más grandes o existe una mala alineación en las articulaciones, en estos caso se usan alambres o incluso unos pequeños tornillos para sujetar el fragmento óseo y poder realinear la articulación, también podría considerarse la cirugía, si no es viable el uso de un entablillado o si el tratamiento no quirúrgico no logrará reparar con éxito el estiramiento de los dedos.

El tratamiento quirúrgico del tendón dañado puede incluir la reparación del tejido del tendón estirado usando injertos del mismo. Este tipo de cirugía puede eliminar permanentemente la deformidad del dedo en martillo o en garra, y durante esta operación se debe asegurar que se acorte lo suficiente para que la deformidad del dedo no vuelva.

Tu no pierdas la movilidad de tus dedos, evita usar calzado ajustado o de tallas más chicas y sigue disfrutando de una vida saludable y sobre todo feliz, sin sufrir malestar o dolor.